MADRID, 18 Mar. –
La neurocirujana Gloria Villalba, especialista en el Hospital del Mar de Barcelona, es un auténtico referente en nuestro país en cirugías de neuromodulación, especialmente en el área de la salud mental, donde reorganiza los circuitos neuronales que no operan correctamente.
En una entrevista reciente, confiesa que los tumores cerebrales malignos, el dolor y las enfermedades mentales siempre han sido su principal interés, y admite tener la ‘espinita’ de haberse quedado en España en lugar de trabajar en el extranjero.
Esta reflexión también se hace presente en su nuevo libro ‘Al otro lado del bisturí’ (SINE QUA NON), donde reconoce que, al no salir al extranjero, siente que falló en su carrera. «En otros países, el ser trabajador y entusiasta en tu profesión abre muchas puertas y oportunidades; aquí no siempre es suficiente», indica en el libro.
Abiertamente expresa: «Me arrepiento totalmente de haber quedado en España. A los estudiantes que estén interesados en neurocirugía les aconsejo que se vayan fuera al finalizar la carrera, porque después es más complicado. Hemos avanzado en muchas áreas en España, pero no siempre en ciertas especialidades médicas.»
Sin embargo, Villalba considera que España puede ser un buen lugar para ser neurocirujano, «siempre y cuando uno sea conformista». Lamenta que el país tiene limitaciones en inversión en ciencia y tecnología. «España no ha avanzado lo suficiente, y si eres conformista y encuentras trabajo está bien, pero si eres ambicioso y tienes deseos de crecer, no es el lugar adecuado», enfatiza.
MUCHO QUE AVANZAR EN PERSPECTIVA DE GÉNERO
Esta neurocirujana también señala que ser mujer en un campo quirúrgico como la neurocirugía es complicado debido al «machismo encubierto» que persiste en el ámbito médico, especialmente en áreas como esta.
«Las especialidades como la neurocirugía y la cirugía cardíaca son dominadas por hombres. Aunque ha habido cambios en mis 20 años de carrera, todavía existe un machismo profundo, especialmente en lo que respecta a las mujeres ocupando puestos de responsabilidad. Hay un techo de cristal evidente; de los 54 centros de neurocirugía en España, sólo uno es dirigido por una mujer«, explica.
HAY QUE INVERTIR MÁS EN LAS PERSONAS
Echa en falta que se realicen más inversiones, no solo en maquinaria, sino también en las personas del equipo hospitalario. «Si quiero investigar, debo hacerlo en mi tiempo libre, ya que la asistencia no siempre permite tiempo para ello. En otros países, hay personal especializado en equipos de neurocirugía que permite realizar tareas investigativas», comenta.
Asegura que en España, para avanzar en investigación y medicina, se necesita mucha pasión y entusiasmo, ya que «no hay recursos suficientes».
PIONERA EN EL CAMPO DE LA NEUROMODULACIÓN
Gloria Villalba es un verdadero referente en cirugías de neuromodulación, habiendo trabajado en áreas como la anorexia nerviosa. Actualmente, se encuentra desarrollando un estudio sobre estimulación cerebral profunda para tratamiento de adicción a la cocaína en pacientes que no responden a otros tratamientos, lo que realiza en su tiempo libre debido a la falta de personal contratado.
La neuromodulación es una técnica que interrumpe un circuito neuronal mediante estímulos, ya sean quirúrgicos o no. «Gracias a la colaboración con ingenieros, estamos aplicando cirugías en circuitos cerebrales previamente inaccesibles, mejorando el funcionamiento de los circuitos defectuosos. Esto es crítico en el tratamiento de enfermedades mentales, donde los circuitos cerebrales presentan alteraciones», explica Villalba.
Sin embargo, aclara que hasta hoy no hay aprobacón para realizar este procedimiento de manera rutinaria en enfermedades mentales, a diferencia de lo que ocurre con los fármacos.
«Hoy en día, se utiliza como uso compasivo o ensayo. En anorexia nerviosa hemos conseguido resultados para pacientes críticos, y estamos trabajando en la adicción a la cocaína y en el dolor neuropático de forma asistencial», dice esta neurocirujana del Hospital del Mar de Barcelona.
VALORAR LA VIDA DE MANERA DIFERENTE
En su libro, comparte casos de tumores muy agresivos que, a pesar de la intervención, pueden llevar a los pacientes cerca de la muerte, y se le pregunta cómo encuentra tranquilidad ante tales situaciones. Admite que su labor es «dura», aunque volvería a elegirla porque le brinda más aspectos positivos que negativos. «Mi trabajo me ha hecho valorar la vida de manera diferente y ser una mejor persona. El contacto diario con el sufrimiento ajeno revela lo que realmente importa», afirma.
Aunque intenta mostrarse fuerte, reconoce que las situaciones desafiantes también le afectan, pero se enfoca en lo positivo que le brinda cada día.
MÁS HUMANIZACIÓN EN LA MEDICINA
Lo que destaca de la doctora Villalba es su «humanidad excepcional en el trato con los pacientes». Considera que, tanto en medicina como en cirugía, y especialmente en especialidades que enfrentan situaciones devastadoras, como la suya, la humanidad es esencial.
Resalta que la cirugía no siempre es la solución, y que la empatía es fundamental: «Te acompañaré hasta el final y estoy aquí. Solo la compasión puede curar las heridas que no se pueden sanar de otra manera». Si bien sus habilidades quirúrgicas son vitales, su compromiso humanitario también lo es.