La vivienda es el principal inconveniente para los traslados nacionales y se pide estimular la movilidad con un plan de apoyo.
MADRID, 19 May. –
El Observatorio de la Vida Militar, un órgano colegiado de carácter asesor y consultivo adscrito a las Cortes Generales, presentará este lunes a la Comisión de Defensa del Congreso su informe sobre el año 2023, donde se analiza el estado de la movilidad geográfica del personal de las Fuerzas Armadas. Concluye que el hecho de que el militar asuma el coste del traslado limita la movilidad geográfica y que la vivienda se puede considerar como el principal inconveniente para los traslados nacionales.
El documento destaca las actividades más relevantes desarrolladas durante este ejercicio por el Observatorio. Además, el texto se enviará a la Comisión de Defensa del Senado.
Está dividido en tres partes: una memoria de actividades del Observatorio; un informe sobre aspectos relacionados con la condición militar como el reclutamiento, acceso a la carrera, enseñanza, procesos de promoción, evaluaciones, ascensos, retribuciones y destinos; y el estudio de un tema específico de interés general, en este caso, la movilidad geográfica del personal de las Fuerzas Armadas.
LA MOVILIDAD GEOGRÁFICA ES NECESARIA
El Observatorio de la Vida Militar define la movilidad geográfica como el cambio del lugar habitual de trabajo o destino, sin que necesariamente implique un cambio de residencia. Esto puede deberse no solo a un cambio de destino, sino también a ejercicios, maniobras, despliegues o exigencias de la “continua preparación” del militar.
Resalta que la movilidad geográfica es esencial para que las Fuerzas Armadas mejoren sus capacidades, doten a sus unidades con personal adecuado y completen la formación de sus efectivos. Sin embargo, reconoce que estos traslados afectan a la estructura familiar.
Según los datos del Observatorio, la Armada muestra una movilidad general superior a la de otros ejércitos. En la escala de oficiales, esta movilidad es la más alta, especialmente en empleos superiores. En la escala de suboficiales, los sargentos y brigadas presentan porcentajes superiores a la media, mientras que la escala de la Tropa y Marinería muestra menor movilidad, destacando los del Ejército del Aire y del Espacio por sus bajas ratios.
Para apoyar la movilidad geográfica, se mencionan medidas como la compensación económica para necesidades de vivienda, ayudas en transportes, traslados de residencia y residencias militares, aunque cada una tiene “peculiaridades y limitaciones”.
El Observatorio considera que todos los traslados de residencia y mudanzas deberían ser remunerados, independientemente de las circunstancias que los generen. Además, deben incluir gastos de instalación, ya que estos pueden ser significativos para el militar.
El hecho de que el militar asuma los costes del traslado «limita aún más» su movilidad geográfica, especialmente las mudanzas a lugares como las islas o Ceuta y Melilla, donde se requieren barcos.
La compensación económica para las necesidades de vivienda no es universal. El Observatorio informa que, de media, alrededor de 19.464 militares reciben esta compensación, representando solo el 16,5% de los efectivos de las Fuerzas Armadas, lo que pone de manifiesto la limitación de la compensación y las restricciones de la ley que regula el apoyo a la movilidad geográfica de estos profesionales.
TRASLADAR O NO A LA FAMILIA
Las principales consideraciones al resolver el problema de trasladar o no a la familia incluyen el empleo del cónyuge (36,9%), el arraigo en la localidad actual (19,3%) y el precio de la vivienda (15,1%). También influyen aspectos como dejar una vivienda en propiedad (6,6%), la escolarización en el nuevo destino (3,3%) y el costo de vida en la nueva localidad (3%).
Generalmente, la vivienda es el principal inconveniente para los traslados nacionales. Un 46% de los militares destinados en núcleos urbanos destinan más del 45% de su salario al alquiler.
Así, el personal con familia y en continuo alquiler debe pagar altas rentas sin apoyo, lo que puede resultar en un significativo deterioro de su poder adquisitivo y calidad de vida. Esto puede representar una merma de hasta un 30% en las retribuciones que reciben, incrementándose el impacto en salarios más bajos.
Para mitigar estos problemas, el Observatorio recomienda evaluar la percepción de complementos en nóminas en función del mercado inmobiliario en diferentes ciudades, facilitando el acceso al mercado de alquiler sin afectar la economía familiar.
Por ello, los militares, al ser destinados a otra localidad, suelen optar por desplazarse individualmente y alojarse en residencias o alojamientos logísticos, lo que afecta la conciliación familiar. Además, hay una «situación crítica» en cuanto a la disponibilidad de plazas en estos alojamientos, según el Observatorio de la Vida Militar.
LAS TRABAS DESAPARECEN EN EL EXTRANJERO
El informe indica que la mayoría de los «frenos» a la movilidad geográfica desaparecen en el extranjero, donde las retribuciones son mucho más altas que las nacionales. En este caso, no se presentan problemas de vivienda, ya que en algunos casos se ofrecen residencias en las bases a costes muy razonables, ni dificultades de escolarización, ya que los padres pueden elegir colegios privados.
Además, la posibilidad de que los hijos aprendan un idioma extranjero que mejore sus oportunidades laborales también fomenta la movilidad geográfica al extranjero.
Ante esta situación, el Observatorio de la Vida Militar considera «imprescindible» desarrollar un Plan Integral de apoyo a la movilidad geográfica del personal militar, que, partiendo de una nueva legislación, aborde las actuales necesidades de movilidad desde una perspectiva normativa, económica, educativa y social.