La farmacia rural busca soluciones para asegurar su rentabilidad y facilitar el relevo generacional.

La farmacia rural busca soluciones para asegurar su rentabilidad y facilitar el relevo generacional.

El I Congreso Nacional de Farmacia Rural se celebra los días 10 y 11 de mayo en Alicante.

MADRID, 20 Feb.

La Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR) y la Asociación de Farmacéuticos Rurales de la Provincia de Alicante (AFARPA) han presentado el I Congreso Nacional de Farmacia Rural, cuyo objetivo es dar voz a estos profesionales y demandar soluciones que garanticen la rentabilidad de su labor, centrando la atención en el relevo generacional.

Así lo han expuesto el jueves la secretaria de AFARPA, Irene González; el presidente de AFARPA, Manuel Olivert; y el presidente de SEFAR, Jaime Espolita, durante la presentación del Congreso, que tendrá lugar en Alicante bajo el lema ‘Farmacia Rural: es pueblo, es vida’.

Espolita ha recordado que el 20 por ciento de las farmacias de España son rurales, lo que representa aproximadamente 4.000 farmacias, y que la facturación anual media de una farmacia es de 1.100.000 euros, mientras que en el caso de las farmacias rurales, esta cifra no supera una cuarta parte.

En relación a este tema, ha expresado su preocupación por el creciente número de farmacias rurales que cierran, subrayando que la principal inquietud es la falta de relevo generacional, ya que los farmacéuticos jóvenes no encuentran incentivos para desempeñar su labor en el entorno rural.

Como soluciones, el presidente de SEFAR ha planteado un cambio en el modelo retributivo de las farmacias rurales, que consiste en que estas no sean remuneradas únicamente por el número de pacientes atendidos, sino por el trabajo real que realizan, incluyendo guardias, revisión de botiquines, atención farmacéutica o domiciliaria y otros servicios profesionales. Sin embargo, ha lamentado la negativa recibida por parte de la Administración.

Ante este rechazo, Espolita ha propuesto la creación de un fondo de compensación que cubra al menos los gastos mínimos de estas farmacias, equivalentes al 0,04 por ciento de la facturación del sector. De este modo, el primer congreso tiene como finalidad dar voz a la farmacia rural.

«El objetivo del Congreso es dar a conocer estas pequeñas farmacias que están distribuidas por toda España y son esenciales no solo para el modelo farmacéutico, sino también para nuestros pacientes, quienes se benefician de nuestra existencia, ya que muchas veces somos la única parte sanitaria en los pueblos», ha afirmado Irene González.

Además, ha señalado que la viabilidad de las farmacias rurales se encuentra en una situación «comprometida», y que a través de las ideas y proyectos que se desarrollen en el marco del Congreso, se busca contribuir a mejorar esta viabilidad.

Manuel Olivert ha enfatizado la necesidad de asegurar que la población en áreas rurales goce de los mismos derechos que aquellos que residen en las ciudades. Por ello, ha insistido en la necesidad de contar con recursos y herramientas que permitan a los farmacéuticos rurales ser «igual de útiles o más» que sus colegas en zonas urbanas.

En esta línea, ha demandado la posibilidad de ofrecer más servicios profesionales remunerados, dado que su trabajo también implica la educación sanitaria, detección de toxicomanías, identificación de casos de demencias, soledad o violencia de género, entre otras funciones.

«Podríamos haber elegido trabajar en otro lugar por más dinero, pero nuestro objetivo es ayudar a las personas en el medio rural», ha afirmado.

Con todo ello, el I Congreso Nacional de Farmacia Rural, que ya cuenta con entre 100 y 150 inscritos, abarcará una programación variada que incluye temáticas como la viabilidad, gestión, inteligencia artificial y el papel del farmacéutico rural comunitario dentro de la estructura de Atención Primaria.

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