MADRID 5 May. –
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha resaltado que, aunque se respetaron los derechos de los votantes en las elecciones presidenciales de Rumanía, es necesaria una «mayor transparencia jurídica» tanto para quienes emiten el voto como para los propios candidatos, así como más control sobre las campañas en redes sociales.
«La conducta fraudulenta generalizada en línea por parte de los candidatos, el enfoque fragmentado de las autoridades para supervisar el espacio digital y la falta de transparencia en la toma de decisiones impactaron negativamente en el proceso electoral», indicó la OSCE en un comunicado.
La misión de la OSCE ha observado que el marco legal, aunque adecuado para celebraciones democráticas, «es excesivamente complejo» y presenta «inconsistencias» que no fueron subsanadas con los últimos cambios realizados por el Gobierno tras los comicios anulados de 2024.
Así, no se abordaron eficazmente aspectos clave, como la supervisión de la publicidad política en línea o la financiación de las campañas, a pesar de que se reconocieron algunas iniciativas de las autoridades a favor de la transparencia.
«Se respetaron los derechos de los votantes y las elecciones se ejecutaron de manera eficiente, pero se requiere mayor transparencia y seguridad jurídica tanto para los electores como para los candidatos», señaló la coordinadora especial y jefa de la delegación de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE, Lucie Potucková.
Además, enfatizó que la campaña electoral se desarrolló principalmente a través de plataformas de internet, complicando así un seguimiento efectivo de posibles irregularidades.
En este sentido, ese «comportamiento fraudulento» adoptado por diversos candidatos ha constituido «un problema que ni las autoridades ni las plataformas en línea» han logrado resolver efectivamente.
«Con información limitada sobre el enfoque de las autoridades en el ámbito digital, se perdió la oportunidad de mantener al público al tanto sobre las iniciativas estatales destinadas a mejorar la integridad electoral», explicó el jefe de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) de la OSCE, Eoghan Murphy.
Cabe recordar que estas elecciones surgen tras la anulación por parte del Tribunal Constitucional de las presidenciales de 2024, apenas unos días antes de su segunda vuelta, debido a irregularidades en la financiación de la campaña del candidato ganador, Calin Georgescu, y de las leyes electorales en redes sociales.
PAPEL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
La OSCE ha señalado que, si bien el panorama mediático de Rumanía «es diverso» y cuenta con «una amplia gama de emisoras públicas y privadas, así como portales de noticias en línea, el pluralismo se ha visto afectado por la financiación poco transparente de los partidos políticos.»
La organización ha alertado sobre casos de «autocensura y clientelismo» entre políticos y medios de comunicación.
A su vez, destacó el papel de la emisora pública rumana. «En general, cumplió con su obligación legal de garantizar una cobertura de campaña equilibrada e imparcial y de ofrecer tiempo de emisión equitativo y gratuito a todos los candidatos presidenciales».
GEORGE SIMION VENCE AMPLIAMENTE EN PRIMERA VUELTA
Los rumanos votaron este domingo en medio de su peor crisis política en décadas, tras la decisión del Tribunal Constitucional a finales de 2024 de cancelar la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales en las que Georgescu se impuso en primera vuelta contra todo pronóstico.
El candidato, acusado de haber contado con el apoyo de Rusia en esos comicios, fue excluido de la repetición electoral, donde finalmente el conocido de la ultraderecha rumana, George Simion, avanzó a la segunda vuelta con casi el 41% de los votos.
En la segunda vuelta, se enfrentará al alcalde de Bucarest, el candidato independiente Nicusor Dan, quien previsiblemente contará con el apoyo del resto de partidos favorables a continuar en la senda europea.