MADRID, 3 Ago. –
Las uvas modulan el microbioma intestinal, el metaboloma y la expresión génica, y se asocian con beneficios para la salud, lo que les otorga un lugar privilegiado en el grupo de los superalimentos, según el investigador en resveratrol y cáncer John M. Pezzuto, decano de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Salud de la Universidad Western New England (Estados Unidos).
En un artículo publicado en el ‘Journal of Agriculture and Food Chemistry’, Pezzuto investiga el concepto de ‘superalimentos’ y defiende que las uvas frescas deben tener un lugar destacado entre ellos, presentando una serie de pruebas que respaldan su tesis sobre este tema.
Como indica el artículo, el término «superalimento» no cuenta con una definición oficial ni criterios claros. Los superalimentos convencionales suelen ser componentes de la dieta mediterránea y están cargados de compuestos vegetales naturales que benefician la salud.
Pezzuto aborda en profundidad el concepto de superalimentos y proporciona argumentos científicos que avalan las uvas, señalando que las uvas frescas a menudo son subestimadas en comparación con otros alimentos similares, como las bayas.
ANTIOXIDANTES, RESVERATROL Y FLAVONOIDES
No obstante, las uvas son una fuente natural de más de 1.600 compuestos, incluyendo antioxidantes y otros polifenoles como flavonoides, antocianidinas, catequinas y resveratrol. Se atribuyen a los polifenoles los beneficios de las uvas para la salud, gracias a su acción antioxidante y su impacto en los procesos celulares. Es la combinación de la uva entera y la estructura única de estos compuestos lo que genera los efectos biológicos, y no un solo componente.
En su análisis, se enumeran más de sesenta estudios revisados por pares en la literatura científica sobre las uvas y la salud. Su papel en la salud cardiovascular está bien documentado, promoviendo la relajación de los vasos sanguíneos y una circulación adecuada, así como regulación de los niveles de colesterol.
Los ensayos clínicos también evidencian que las uvas fomentan la salud cerebral (ayudando a mantener un metabolismo cerebral saludable y aportando beneficios cognitivos), la salud de la piel (ofreciendo mayor resistencia a la radiación UV y daños en el ADN en las células cutáneas), la salud intestinal (modulando el microbioma intestinal y aumentando la diversidad) y la salud ocular (impacto en la retina a través del incremento de la densidad óptica del pigmento macular).
Finalmente, en el ámbito de la nutrigenómica (el estudio de cómo los alimentos influyen en la expresión génica), se ha demostrado que el consumo de uvas altera positivamente la expresión génica en sistemas corporales claves. Pezzuto sugiere que son estas actividades genéticas las que podrían explicar los beneficios de las uvas para la salud.
«El doctor Pezzuto demuestra que, según la ciencia, las uvas son un superalimento y deberían ser reconocidas como tal”, afirma Ian LeMay, presidente de la Comisión de Uvas de Mesa de California, que ha respaldado este trabajo. «Esperamos que el uso de esta nomenclatura en relación con las uvas se convierta en algo común”.
