MADRID, 6 Nov. –
La vitamina D es esencial para la salud ósea, el sistema inmunológico y el bienestar emocional. ¿Lo sabías? Sin embargo, su nivel tiende a disminuir durante los meses fríos, ya que la exposición solar, que es su principal fuente, no es suficiente en países como España. Esta deficiencia puede aumentar el riesgo de osteoporosis, fracturas y vulnerabilidad a infecciones. ¿Es recomendable suplementarse en todos los casos o solo en grupos de riesgo?
En este artículo, conversamos con Amalia Paniagua, jefa Asociada del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, quien resalta que, en esta época del año, aunque la dieta puede contribuir a la ingesta de vitamina D, sigue siendo minoritaria, siendo la principal fuente la síntesis cutánea a través de la exposición a los rayos ultravioleta.
«En latitudes superiores a *40, como España, la radiación UVB no es suficiente para la síntesis cutánea de vitamina D durante los meses de otoño a primavera. Factores como la edad, el tipo de piel oscura, el uso de ropa que cubre la piel, la obesidad y trabajar en interiores agravan esta disminución estacional», advierte la experta.
FUENTES DE VITAMINA D EN LA DIETA
Paniagua recuerda que las principales fuentes dietéticas de vitamina D incluyen: pescados grasos o azules, huevos, hígado y alimentos fortificados como yogures, leche y mantequillas donde se especifique la suplementación.
«Estos alimentos son también ricos en calcio, al igual que los frutos secos, albaricoques, higos y brócoli; todos son vitales para la salud músculo-esquelética. Los lácteos fortificados pueden proporcionar entre 60-200 UI por ración, aunque, en Europa, no se fortifican sistemáticamente como en Estados Unidos», advierte.
CUIDADO SI NO TENEMOS SUFICIENTE VITAMINA D
Respecto a las consecuencias de la deficiencia de vitamina D, la doctora Amalia Paniagua indica que los efectos más claros son los músculo-esqueléticos: «Niveles bajos pueden causar osteomalacia (alteración de la matriz ósea o raquitismo) y debilidad muscular, que resulta en inestabilidad y dolor, además de osteoporosis y mayor riesgo de fracturas».
Adicionalmente, menciona que hay indicios sobre su relación con el estado emocional, la depresión y la fatiga, aunque los estudios amplios no demuestran beneficios robustos de la suplementación en la población en general. Hasta el momento, los beneficios extraesqueléticos de la suplementación siguen siendo objeto de debate, aclara la especialista.
¿TODOS DEBERÍAMOS SUPLEMENTARNOS?
Entonces, ¿es necesario que todos tomen suplementos de vitamina D en los meses fríos? La jefa asociada del Servicio de Endocrinología y Nutrición explica que las principales directrices, como las del National Academy of Medicine y la European Society for Clinical and Economic Aspects of Osteoporosis, Osteoarthritis and Musculoskeletal Diseases (ESCEO), sugieren suplementar principalmente a grupos de riesgo y no de manera generalizada.
Así, los candidatos serían: adultos mayores de 75 años, personas institucionalizadas, individuos con piel oscura, embarazadas, lactantes, quienes evitan la exposición solar y aquellos con enfermedades digestivas que afectan la absorción de calcio o vitamina D, así como pacientes que toman ciertos fármacos que afectan su absorción.
¿Es recomendable hacerse un análisis antes de iniciar la suplementación de vitamina D? La especialista indica que es aconsejable medir los niveles de 25-hidroxivitamina D para determinar la dosis en personas con riesgo, síntomas músculo-esqueléticos o antecedentes de déficit. «Sin embargo, en adultos sanos sin estos factores, la suplementación preventiva en otoño-invierno no requiere análisis previo», precisa.
PRECAUCIONES A TENER EN CUENTA CON LA SUPLEMENTACIÓN
Finalmente, la doctora Paniagua advierte que la sobredosificación de vitamina D puede ser perjudicial, provocando hipercalcemia y toxicidad renal, con reducción del filtrado y posible formación de cálculos renales.
Además, señala que hay variaciones significativas en este riesgo según el tipo de suplementación, ya que en España se utilizan calcifediol (25-hidroxivitamina D) y vitamina D pura (colecalciferol).
«El uso de calcifediol presenta un mayor riesgo de toxicidad que el colecalciferol y menos eficacia. Las dosis recomendadas de colecalciferol son de 10.000 UI/día durante meses. Las anteriormente mencionadas dosis de choque están actualmente contraindicadas«, concluye la especialista.



