Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero podría prevenir hasta 250,000 muertes anuales en Europa.

Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero podría prevenir hasta 250,000 muertes anuales en Europa.

MADRID, 6 de mayo –

Hasta 250.000 muertes podrían evitarse anualmente por la mala calidad del aire en Europa central y occidental de aquí a 2050 si se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, según investigadores de la Universidad de Leeds.

El estudio, publicado en la revista ‘Earth’s Future’, revela que la reducción de muertes es posible solo con un fuerte enfoque en disminuir los gases de efecto invernadero y los contaminantes del aire.

REDUCE LA CARGA DESIGUAL DE LA MORTALIDAD

Además de mostrar que una **fuerte mitigación del cambio climático** conlleva reducciones significativas en la mortalidad por calidad del aire, el equipo ha encontrado que también disminuye la carga desigual de muertes en las áreas más desfavorecidas de Europa.

«Las acciones que adopten los responsables de políticas para mitigar el cambio climático tendrán implicaciones considerables para la exposición humana a la calidad del aire, afectando directamente el número de muertes», comenta el autor principal, Connor Clayton, estudiante de doctorado en la Escuela de Tierra y Medio Ambiente y el Centro Priestley para el Futuro del Clima.

«Es urgente abordar la **persistente desigualdad de exposición** entre las poblaciones más ricas y las menos favorecidas, a pesar de la reducción de la contaminación atmosférica en Europa», añade.

La mala calidad del aire es el mayor riesgo ambiental de muerte prematura, causando cerca de **8 millones de muertes** anuales en todo el mundo, según un análisis del Banco Mundial y el Foro Económico Mundial.

CONTAMINANTES PENETRAN EN EL TORRENTE SANGUÍNEO

Recientemente, se indicó que casi todos los órganos del cuerpo pueden verse afectados por la contaminación del aire. Debido a su pequeño tamaño, ciertos contaminantes penetran en el torrente sanguíneo a través de los pulmones, generando inflamación sistémica y carcinogenicidad.

La exposición a la contaminación atmosférica puede causar accidentes cerebrovasculares, cardiopatía isquémica, y enfermedades pulmonares, entre otras. Además, existe evidencia que vincula la contaminación del aire con un mayor riesgo de consecuencias adversas del embarazo, como bajo peso al nacer.

Las estimaciones de mortalidad futura en Europa por contaminación del aire suelen alcanzar cientos de miles anualmente, variando según la metodología. En este caso, el equipo analizó los impactos en la salud en 2014 y 2050 debido a la exposición a partículas finas y ozono superficial.

Se analizaron tres escenarios con distintos niveles de acción por parte de las políticas para combatir el cambio climático. Usando un modelo detallado de química atmosférica, se simuló la calidad del aire en 2050, revelando que hoy las regiones desfavorecidas tienen tasas de mortalidad por contaminación del aire más altas que las menos desfavorecidas, pero que la reducción de emisiones podría disminuir esa inequidad.

Un nivel medio de acción resultó más beneficioso para las áreas desfavorecidas, enfocándose en la reducción de emisiones en vivienda, industria y transporte. Un alto nivel de acción, que incluya reducciones en emisiones agrícolas, mejoraría la calidad del aire en todo el continente y reduciría significativamente la mortalidad.

En 2014, se encontró que las partículas finas eran más altas en Europa central y oriental, especialmente en el valle del Po en Italia y el sur de Polonia. En escenarios futuros con medidas de reducción de emisiones, las partículas finas disminuyeron, registrando las mayores reducciones en Europa central y áreas urbanas como París.

El doctor Jim McQuaid, líder de la investigación, destaca: «Este trabajo demuestra que avanzar hacia una economía baja en carbono ofrece **beneficios directos para la salud**. Los contaminantes atmosféricos y los gases de efecto invernadero son prácticamente dos caras de la misma moneda. Es alentador ver que quienes más sufren la contaminación son quienes más se benefician en un futuro de cero emisiones».

Los investigadores sugieren que sus resultados pueden guiar a los responsables políticos para garantizar que la salud pública se proteja y gestione equitativamente mientras Europa avanza hacia la mitigación del cambio climático.

Comparte:
Facebook
X
LinkedIn

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *