MADRID 2 Abr. –
El seguimiento de una dieta sin gluten en España genera un gasto adicional en la alimentación de las personas celíacas de 63,20 euros al mes, lo que equivale a aproximadamente 758,40 euros anuales, según el Informe de Precios 2025 publicado por la Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten.
Este documento evalúa el sobrecoste que enfrentan los pacientes celíacos y sensibles al gluten. Para realizar este cálculo, se ha tomado como referencia una dieta de 2.000 kilocalorías. Los productos analizados incluyen pan de molde, harina, pasta y galletas, entre otros.
Con estos datos, la Asociación recuerda que el colectivo celíaco y sensible al gluten «no recibe ningún tipo de ayuda económica para sufragar los gastos de su tratamiento» (dieta sin gluten), a pesar de que llevan años visibilizando esta problemática y contactando con las administraciones para proponer una solución.
«Algunas comunidades autónomas, como Castilla-La Mancha, sí ofrecen subvenciones a los pacientes, pero aún queda mucho camino por recorrer para que el sobrecoste de llevar una dieta sin gluten sea compensado», añaden desde la Asociación.
En Europa, la mayoría de los países de la Unión Europea, como Austria, Italia, Irlanda, Finlandia, Francia, Noruega, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza, sí ofrecen ayudas a los pacientes.
La Asociación subraya que seguir una dieta sin gluten es actualmente el único tratamiento para la enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no celíaca, y recalca que «debe realizarse de forma estricta y de por vida».
Además del gasto económico que la dieta supone para los pacientes, hay que sumar las dificultades que enfrentan al salir a comer fuera de casa o al viajar, ya que necesitan acudir a establecimientos que ofrezcan opciones sin gluten seguras, evitando el contacto cruzado y manipulando correctamente los alimentos.
Por último, la organización menciona que hace años lanzó el proyecto ‘Contigo 2020’, que asiste a personas celíacas y sensibles al gluten en situación económica de riesgo, proporcionando un lote mensual de productos básicos sin gluten para asegurar que las dificultades económicas no pongan en peligro el cumplimiento de la dieta.