Bukele ironiza sobre el encuentro: «Ábrego, milagrosamente resucitado de los ‘campos de exterminio’ y la ‘tortura’, ahora bebe margaritas»
MADRID, 18
El senador demócrata por el estado de Maryland, Chris van Hollen, ha viajado hasta El Salvador para reunirse en persona con Kilmar Ábrego, un hombre de origen salvadoreño deportado al país centroamericano por la administración de Donald Trump tras un «error administrativo» y bajo la acusación de pertenecer a una pandilla.
Van Hollen, quien en días recientes ha solicitado reunirse con el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, para abordar la situación, ha publicado en sus redes sociales una imagen del encuentro con Ábrego. «Dije que mi principal objetivo en este viaje a El Salvador era reunirme con Kilmar. Esta noche tuve la oportunidad», ha comentado.
No obstante, el senador no ha ofrecido más detalles sobre su encuentro con Ábrego, y se ha limitado a informar que ha dialogado con la esposa del hombre deportado, y que tiene previsto proporcionar una «actualización completa» de la situación a su regreso a Estados Unidos.
En la imagen, el senador Van Hollen y Ábrego se encuentran sentados en lo que parece ser un restaurante, con vasos en la mesa. Bukele ha aprovechado la oportunidad para ironizar sobre la instantánea, poniendo en duda las críticas hacia el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la macrocárcel a la que fue enviado Ábrego, donde se han denunciado malos tratos y condiciones vejatorias para los presos.
«Kilmar Ábrego García, milagrosamente resucitado de los ‘campos de exterminio’ y la ‘tortura’, ahora bebe margaritas con el senador Van Hollen en el paraíso tropical de El Salvador», ha afirmado Bukele en sus redes sociales, subrayando que «ahora que se ha confirmado su salida», a Ábrego «le corresponde el honor de permanecer bajo custodia de El Salvador».
Ábrego fue deportado a mediados de marzo como parte de las políticas impulsadas por Trump para expulsar a los migrantes ilegales del país; sin embargo, en este caso, el ciudadano salvadoreño contaba con un estatus de protección temporal concedido por un juez en 2019 tras abandonar su país de origen huyendo de la violencia.
La jueza federal Paula Xinis ordenó su repatriación, aunque la administración Trump recurrió al Tribunal Supremo para que bloquease la decisión. No obstante, el máximo tribunal estadounidense indicó que el Gobierno debía «facilitar» el regreso de Ábrego, sin dictar ninguna orden específica al respecto.
Actualmente, tanto las autoridades de Estados Unidos como el propio Bukele han rechazado la posibilidad de que Ábrego sea devuelto a territorio estadounidense. Por un lado, el salvadoreño se niega a liberar a quien califica como un «criminal», mientras que en Washington afirman no contar con autoridad para ello.
Organizaciones de derechos civiles han cuestionado la falta de garantías o directamente la legalidad de estas deportaciones masivas impulsadas por Trump, especialmente tras la intervención de un juez federal que ordenó su paralización al considerar inadecuada la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros, que se remonta a finales del siglo XVIII.