Talibanes y Derechos Humanos: Cuatro Años del Régimen en Afganistán y sus Consecuencias

Talibanes y Derechos Humanos: Cuatro Años del Régimen en Afganistán y sus Consecuencias


Organizaciones alertan de las continuas violaciones y abusos contra la población afgana

Las mujeres enfrentan un «apartheid por cuestión de género» que representa un «crimen contra la humanidad«, según Amnistía Internacional.

Afganistán, un país en grave crisis económica y humanitaria, lucha contra la intensificación de políticas que limitan aún más la ya escasa participación de las mujeres en la sociedad civil afgana. Esta situación ha empeorado significativamente desde el regreso al poder de los talibán hace casi cuatro años.

Este régimen extremista ha alterado la estructura gubernamental y ha implementado medidas que restringen los derechos de la población, cerrando el cerco en torno a los Derechos Humanos ante una comunidad internacional que parece permanecer al margen. Para más información sobre los derechos humanos, visita Amnistía Internacional.

La crisis afgana, marcada por conflictos históricos, creciente inestabilidad política y la salida en agosto de 2021 de las fuerzas internacionales, ha resultado en millones de desplazados y refugiados. Estos enfrentan una situación de vulnerabilidad extrema mientras esperan ayuda urgente.

La activista afgana y responsable de campañas de Amnistía Internacional para Afganistán, Samira Hamidi, ha destacado la crucial importancia de no permitir que los talibán sean «normalizados» y ha expresado el deterioro de la situación desde su llegada al poder.

«La situación es catastrófica porque los Derechos Humanos han sido violados en todos los aspectos de la vida y, claro está, cuando hablamos de la posición de las mujeres, nos referimos a una violación sistemática y continuada, así como a una persecución por cuestión de género, lo que constituye un crimen contra la humanidad», explicó en una entrevista. Para obtener más detalles sobre la situación de las mujeres en Afganistán, visita Human Rights Watch.

Hamidi ha recordado que los talibán han prohibido a alrededor de dos millones de niñas asistir a la escuela en los últimos cuatro años. «Las mujeres tampoco pueden continuar sus estudios en universidades y solo se les permite acceder al ámbito sanitario. Pueden convertirse en enfermeras o dedicarse a cuidados, algo extremadamente preocupante», afirmó.

«Las mujeres no pueden recibir tratamiento en hospitales si son atendidas por hombres, y hay cientos de decretos que tienen como objetivo restringir sus derechos y libertades», continuó. La implementación de la sharia ha eliminado el acceso a la Justicia, con decisiones que dependen de la interpretación de esta ley islámica.

La crítica situación también afecta a los medios de comunicación y organizaciones humanitarias, como ha advertido Hamidi, quien mencionó que «cualquiera que desafíe la ley talibán o hable en su contra se enfrenta a arrestos y torturas».

La grave situación que enfrentan las mujeres ha llevado a Amnistía a exigir que se reconozca el «apartheid de género«. Sin embargo, Hamidi admitió que para lograrlo, se deben cumplir ciertos requisitos: «A nivel internacional, primero se debe reconocer esta figura. Una vez que eso suceda, podríamos hacer que los talibán rindan cuentas por sus actos», aclaró.

VISIBILIDAD E IMPLICACIÓN INTERNACIONAL

La propia Hamidi ha denunciado las amenazas de muerte recibidas por su labor, lo que ha imposibilitado su regreso a Afganistán. «He trabajado toda mi vida en mi país, pero desde agosto de 2021 no puedo volver», lamentó.

Ella insistió en la necesidad de dar visibilidad a esta trágica situación: «La única manera de lograr cambios es seguir hablando y conectando con los medios para concienciar sobre Afganistán antes que sea relegado a un segundo plano.» Para más información sobre la respuesta humanitaria, visita ACNUR.

Sobre la implicación de la comunidad internacional, Hamidi alertó sobre la falta de resultados tangibles. «Han emitido comunicados, pero no hemos visto mejoras. Lo que queremos es que lleven a los talibán ante la Justicia, establezcan mecanismos para evitar la impunidad y se investiguen los abusos perpetrados.»

DESPLAZAMIENTOS Y REFUGIADOS

El rápido deterioro de la situación ha llevado a millones de afganos a buscar refugio en otros países de la región, que sin embargo han expulsado a muchos de ellos, intensificando sus políticas migratorias. Esto ha forzado a miles de afganos a regresar, activando alertas desde organismos como ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Solo en abril, más de 251,000 afganos regresaron en circunstancias adversas desde Irán y Pakistán, de los cuales más de 96,000 fueron deportados. Aunque ACNUR reconoce los desafíos que enfrentan los países que han acogido a afganos, también advierte sobre las graves amenazas para la seguridad de estas poblaciones, enfocándose de nuevo en las mujeres y las niñas.

Desde 2023, más de 3.4 millones de personas han regresado o han sido deportadas desde Irán y Pakistán, incluyendo más de 1.5 millones en 2024. Estos retornos masivos han sobrecargado a muchas provincias en Afganistán y han aumentado el riesgo de nuevos desplazamientos internos.

«La situación de los refugiados en Pakistán e Irán es alarmante. El Gobierno paquistaní ha comenzado a deportarlos, incluso a aquellos con documentos legales. Las mujeres deportadas se verán gravemente expuestas a las violaciones por parte de los talibán», afirmó Hamidi.

La OIM ha instado a aumentar la financiación para ayudar entre 600,000 a 1.5 millones de afganos en situación vulnerable tras su regreso. «La mayoría de quienes vuelven a Afganistán están en estado de profunda vulnerabilidad, habiendo abandonado sus posesiones y trabajos», declaró Ugochi Daniels, subdirector general de operaciones de la OIM.

En abril, aproximadamente 3,000 personas regresaron diariamente a través de los pasos fronterizos de Nangarhar y Kandahar. Daniels explicó que sin incremento en la financiación, la organización no podrá proporcionar asistencia a los retornados y a las comunidades afectadas.

Estas preocupaciones aumentan en medio de la inmensa necesidad humanitaria en Afganistán, donde la tasa de desempleo está en ascenso y han proliferado los desastres naturales y fenómenos climáticos extremos.

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