¿Trabajas en turnos nocturnos? Descubre el mejor horario para tus comidas.

¿Trabajas en turnos nocturnos? Descubre el mejor horario para tus comidas.

   MADRID, 12 Abr. –

El trabajo por turnos, especialmente durante la noche, se ha relacionado notablemente con un incremento en los riesgos para la salud, en particular los cardiovasculares, debido a la desalineación entre el ritmo biológico interno y los horarios de actividad.

El trabajo por turnos es habitual a nivel mundial; un 15% de la fuerza laboral en países industrializados realiza trabajo en turnos nocturnos. Un riguroso experimento controlado con jóvenes sanos fue diseñado para evaluar el impacto de comer exclusivamente durante el día en comparación con hacerlo también durante la noche, en un entorno que simulaba el trabajo nocturno.

CÓMO CAMBIA TU CUERPO SEGÚN EL HORARIO DE COMIDA

   El estudio llevado a cabo por el Hospital General Brigham de Massachusetts, Estados Unidos, sugiere que **comer durante el día**, a pesar de un sueño a destiempo, puede atenuar los cambios en los factores de riesgo cardiovascular. Este hallazgo ofrece **evidencia práctica** para desarrollar una estrategia conductual que minimice los cambios adversos en estos factores en personas expuestas a desajustes circadianos, como los trabajadores por turnos.

   Diversos estudios han indicado que trabajar en el turno de noche implica serios riesgos para la salud, incluidos problemas cardíacos. El estudio, cuyos resultados fueron publicados en Nature Communications, sugiere que, en términos de salud cardiovascular, el horario de las comidas podría representar un factor de riesgo más significativo que el horario del sueño.

   «Nuestras investigaciones anteriores han demostrado que la desalineación circadiana incrementa los factores de riesgo cardiovascular. Queríamos entender cómo reducir este riesgo, y nuestra nueva investigación indica que el horario de las comidas podría ser ese objetivo», señaló el autor principal, el doctor Frank AJL Scheer, profesor de Medicina y director del Programa de Cronobiología Médica del Hospital Brigham and Women’s, miembro fundador del sistema de salud Mass General Brigham.

    Estudios realizados en animales han demostrado que alinear el horario de las comidas con el reloj biológico interno puede mitigar los riesgos para la salud asociados a permanecer despierto durante el período de descanso habitual, lo que llevó a Scheer y sus colegas a evaluar este concepto en humanos.

SIMULACIÓN DE TURNOS NOCTURNOS: ASÍ FUE EL EXPERIMENTO

   Para el estudio, los investigadores reclutaron a 20 jóvenes sanos durante un período de dos semanas en el Centro de Investigación Clínica Brigham and Women’s. Los participantes no tenían acceso a ventanas, relojes ni dispositivos electrónicos. El impacto del desajuste circadiano se determinó mediante la comparación de cambios en sus funciones corporales antes y después de simular el trabajo nocturno.

   Los participantes del estudio siguieron un «protocolo de rutina constante», una configuración controlada en laboratorio que permite separar los efectos de los ritmos circadianos de los del entorno y los comportamientos (patrones de sueño/vigilia, luz/oscuridad). Durante este protocolo, los participantes se mantuvieron despiertos durante 32 horas en un ambiente con baja iluminación, adoptando una postura corporal constante y consumiendo refrigerios idénticos cada hora.

    Luego, participaron en una simulación de trabajo nocturno y se les asignó la tarea de comer durante la noche (como la mayoría de los trabajadores nocturnos) o solo durante el día. Finalmente, continuaron con otro protocolo de rutina constante para evaluar los efectos después del trabajo nocturno simulado. Es relevante destacar que ambos grupos tenían un horario igual de siestas, por lo que las diferencias entre ellos no se debieron a variaciones en el horario de sueño.

FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR AUMENTARON CON EL TRABAJO NOCTURNO

   Los investigadores analizaron los efectos posteriores del horario de comida en los factores de riesgo cardiovascular de los participantes y cómo estos variaron luego de la simulación del trabajo nocturno. Se midieron diferentes factores de riesgo cardiovascular, incluidos marcadores del sistema nervioso autónomo, el inhibidor del activador del plasminógeno tipo 1 (que aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos) y la presión arterial.

   Sorpresivamente, estos factores de riesgo cardiovascular aumentaron después de la simulación del trabajo nocturno en los participantes que tenían programado comer tanto durante el día como la noche. Sin embargo, los factores de riesgo se mantuvieron estables en aquellos que solo comieron durante el día, a pesar de que la cantidad y tipo de comida no variaron entre los grupos, solo el momento de la ingesta.

   Las limitaciones del estudio incluyen el pequeño tamaño de la muestra, aunque esto es típico en ensayos controlados aleatorizados de esta magnitud. Además, el estudio, al tener una duración de dos semanas, puede no reflejar los riesgos crónicos de comer de noche en comparación con comer durante el día.

   Una de las fortalezas del estudio es que el sueño, la alimentación, la exposición a la luz, la postura corporal y el programa de actividades de los participantes fueron estrictamente controlados.

    «Nuestro estudio controló todos los factores que podrían influir en los resultados, por lo que podemos afirmar que es el efecto del momento de la comida lo que provoca estos cambios en los factores de riesgo cardiovascular», indicó Sarah Chellappa, profesora asociada en la Universidad de Southampton y autora principal del artículo.

LIMITACIONES Y FORTALEZAS DEL ESTUDIO

   Aunque se requiere más investigación para probar los efectos a largo plazo en la salud de comer durante el día en comparación con comer por la noche, Scheer y Chellappa sostienen que los resultados son prometedores y sugieren que las personas podrían mejorar su salud ajustando el horario de las comidas.

    Los investigadores añaden que evitar o limitar la alimentación nocturna podría ser beneficioso para aquellos que trabajan de noche, padecen insomnio, sufren trastornos del sueño-vigilia, tienen ciclos de sueño/vigilia irregulares, o para quienes viajan frecuentemente a través de diferentes zonas horarias.

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