
Sigue en directo las últimas noticias sobre el conflicto en Oriente Próximo
Más del 50 por ciento de los niños menores de dos años sufren pobreza alimentaria severa en diversas áreas del sur del país.
La agencia hace un llamado a la comunidad internacional para reunir 633 millones de euros destinados a proporcionar asistencia vital a 2,4 millones de personas en todo el país.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha advertido que la salud mental de los niños y niñas en Líbano se ha deteriorado debido a la devastadora guerra, que ha forzado a numerosos menores a huir de sus hogares y ha causado serios daños a instalaciones que ofrecían servicios esenciales.
Esta guerra ha tenido un efecto devastador en la vida de los niños, afectando casi todos los aspectos de su existencia, como su salud, educación y futuro. Según Akhil Iyer, representante de UNICEF en Líbano, «los niños y niñas del país requieren apoyo urgente para recuperación y sanación».
Se ha señalado que los efectos de los bombardeos han impactado en la vida de los menores libaneses incluso tras el inicio del alto el fuego entre Israel y Hezbolá en noviembre de 2024.
La agencia estima que la mayoría de los menores presenta síntomas de ansiedad o depresión a raíz de los bombardeos, lo que indica un aumento significativo en comparación con situaciones anteriores a la guerra en 2023.
Adicionalmente, hay indicios de una situación «alarmante» de desnutrición infantil en áreas densamente pobladas de las gobernaciones de Baalbeck-Hermel y el valle de la Becá, las cuales han sido repetidamente atacadas.
Más del 50 por ciento de los niños menores de dos años en estas áreas sufren de pobreza alimentaria severa, siendo que casi la mitad de los menores de 18 años en el valle de la Becá y más de un tercio en Baalbeck-Hermel habían pasado hambre o solo habían consumido una comida el día anterior a la encuesta.
UNICEF advierte que la mala alimentación frena el crecimiento y el desarrollo cognitivo, aumentando el riesgo de desnutrición severa.
CONSECUENCIAS PARA LA EDUCACIÓN
El conflicto ha agravado una situación educativa ya precaria en Líbano, que había dejado a más de 500.000 niños y niñas sin escolarizar debido a crisis económicas, huelgas y la pandemia de COVID-19.
Las escuelas han sido destruidas o gravemente dañadas por los bombardeos y muchas se han convertido en refugios para los 1,3 millones de desplazados internos a causa del conflicto.
A pesar del alto el fuego, la asistencia escolar sigue siendo baja, con más del 25 por ciento de los niños ausentes en enero, aunque esta cifra era del 65 por ciento durante la guerra.
Los obstáculos económicos impiden que muchos niños asistan a la escuela; dos tercios de las familias con menores no escolarizados citan el alto costo de las tasas, el transporte y materiales, cifra que ha aumentado desde 2023.
UNICEF informa que el 45 por ciento de los hogares han reducido gastos en atención médica y el 30 por ciento en educación para satisfacer necesidades básicas. Un 31 por ciento de los hogares carece de acceso suficiente a agua potable y el 33 por ciento no tiene los medicamentos que requieren sus hijos.
Estos datos evidencian la crítica necesidad de intervención inmediata. Líbano necesita asistencia para restaurar sus infraestructuras y garantizar un futuro esperanzador para sus niños.
En este punto crucial, es imperativo que las partes involucradas respeten el alto el fuego y colaboren con la comunidad internacional para lograr la paz y un mejor futuro para los niños. Además, el nuevo gobierno debe priorizar los derechos de la infancia en su agenda de reforma.



