MADRID, 21 Jun. –
El psicólogo Jorge Buenavida, de Blua de Sanitas, ha advertido sobre los riesgos asociados con la búsqueda constante de la perfección física, una alteración extrema de la imagen corporal conocida como vigorexia, que lleva a quienes la padecen a someterse a entrenamientos intensos y a consumir sustancias específicas para alcanzar el cuerpo ‘ideal’, lo cual puede causar un deterioro físico y emocional «considerable».
«Esta búsqueda constante de la perfección termina creando una desconexión con la realidad de nuestros cuerpos y una insatisfacción crónica al seguir estándares de belleza no sostenibles o acordes a la naturaleza objetiva de nuestros cuerpos», ha explicado Buenavida, quien ha destacado que la vigorexia se relaciona con las presiones sociales.
Las redes sociales son clave en el desarrollo de este problema, ya que los estándares de belleza que promueven influyen directamente en la autopercepción. El psicólogo insiste en el peligro que supone la exposición diaria a estos ideales estéticos, que llevan a las personas a compararse y sentir presión por no cumplir con las expectativas.
En España, se estima que hay unas 700.000 personas afectadas por la vigorexia, según el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona. No obstante, a pesar de la creciente conciencia sobre los trastornos relacionados con la imagen corporal, este sigue siendo uno de los menos discutidos, lo que dificulta su diagnóstico precoz y posterior tratamiento.
PREVENIR Y TRATAR LA VIGOREXIA
Ante esta situación, los especialistas enumeran una serie de recomendaciones relacionadas con el deporte, la autoaceptación y el estilo de vida que pueden seguirse para prevenir y tratar la vigorexia de manera efectiva.
En primer lugar, resulta primordial fijar unas metas realistas y saludables cuando se practica ejercicio físico. Por ello, en lugar de obsesionarse con el aumento de masa muscular, es recomendable mantener una rutina de actividad física equilibrada que favorezca el bienestar general y permita trabajar todo el cuerpo.
También es importante aceptar el cuerpo tal y como es, desarrollar una mentalidad positiva y aprender a valorar el cuerpo por sus capacidades y no solo por su apariencia externa. Participar en sesiones de meditación o yoga puede promover el bienestar emocional y reducir la presión sobre la imagen corporal.
Si se desea consumir algún tipo de suplemento deportivo, los expertos recomiendan consultar primero con un nutricionista o médico deportivo que pueda dar el visto bueno y hacer un seguimiento para ajustar la dosis a las necesidades del cuerpo de manera segura. El uso de estas sustancias sin supervisión médica puede ser extremadamente perjudicial para la salud.
Asimismo, se destaca la importancia de promover una cultura de salud integral, donde el concepto ‘estar en forma’ incluya la salud física y el bienestar emocional, mental y social como un todo. Para contemplar el deporte como una herramienta de bienestar y no como un medio de perfección, es aconsejable optar por actividades realmente disfrutables, como bailar, nadar o practicar deportes en equipo.
«Si a pesar de estas recomendaciones se continúa con una relación obsesiva o restrictiva, es crucial que quienes padecen esta problemática busquen ayuda profesional. En este sentido, la terapia cognitivo-conductual es recomendable para abordar este problema, ya que ayuda a modificar los patrones de pensamiento que contribuyen a la distorsión de la imagen corporal», ha finalizado Jorge Buenavida.
Para más información sobre la vigorexia y su tratamiento, visita nuestro sitio relacionado. También puedes consultar la guía sobre la salud mental en jóvenes.