MADRID, 26 Ene. –
Cada inicio de año, es común que las personas establezcan propósitos bienintencionados para mejorar su salud o alimentación, aunque con frecuencia caen en el olvido rápidamente. La «sabiduría» popular sostiene que formar un hábito lleva 21 días, pero la ciencia ha encontrado evidencia de que esto puede ser incorrecto.
Un estudio realizado por la Universidad de Australia Meridional ha revelado que el proceso de establecer un hábito saludable puede requerir más tiempo de lo que comúnmente se cree. Los investigadores, en una revisión sistemática, descubrieron que los nuevos hábitos pueden comenzar a formarse en aproximadamente dos meses (con una mediana de 59-66 días), pero es posible que tarden hasta 335 días en establecerse por completo.
Este hallazgo es significativo y podría servir de base para intervenciones sanitarias dirigidas a promover comportamientos saludables y prevenir enfermedades crónicas. Afecciones como la diabetes tipo 2, las cardiopatías, enfermedades pulmonares y accidentes cerebrovasculares, pueden prevenirse mediante la modificación de hábitos poco saludables o factores de estilo de vida.
El doctor Ben Singh, investigador de la Universidad de Australia Meridional, destaca que, en contraste con la creencia popular, los hábitos saludables requieren mucho más que tres semanas para consolidarse. «Adoptar hábitos saludables es crucial para el bienestar a largo plazo, pero la creación de estos hábitos, así como la eliminación de los perjudiciales, puede ser complicado», afirma.
«Al principio del año, muchos establecemos metas y planes para ser más activos, reducir el consumo de azúcar o elegir alimentos más saludables. Sin embargo, la creencia de que 21 días son suficientes no está respaldada por evidencia», aclara.
«Según nuestras investigaciones, la formación de hábitos comienza alrededor de dos meses, aunque hay una gran variabilidad: el tiempo puede variar entre cuatro días y casi un año», añade. «Por lo tanto, es vital que aquellas personas que buscan adquirir hábitos más saludables no se desanimen al alcanzar la mítica marca de las tres semanas».
El estudio, que incluyó más de 2,600 participantes, también identificó que varios factores pueden influir en el éxito de la formación de hábitos. «Al establecer un nuevo hábito saludable, factores como la frecuencia de la actividad, el momento de la práctica y el disfrute de la misma influyen en el éxito», señala Singh. «Si incorporas una nueva práctica a tu rutina matutina, las estadísticas indican que es más probable que tengas éxito. Además, es más fácil mantener un nuevo hábito si te agrada».
El doctor Singh aconseja «planificar e intencionar un nuevo comportamiento, ya que esto puede ayudar a consolidar el hábito. Asegúrate de seguir dedicando tiempo a incorporar tus nuevos hábitos saludables en tu rutina diaria. Esto puede ser tan simple como preparar tu ropa para el gimnasio la noche anterior a tu caminata matutina o tener un almuerzo saludable listo en la nevera».
«Adaptar las estrategias para formar hábitos a nuestra rutina diaria y planificar cómo alcanzarlos nos posicionará para el éxito», concluye.
Aunque se requiere más investigación, los autores afirman que estas conclusiones pueden guiar iniciativas de salud pública y programas personalizados que fomenten un cambio de comportamiento sostenido y saludable.