Atentado Turístico en Cachemira: Nuevas Tensiones Diplomáticas entre India y Pakistán

Atentado Turístico en Cachemira: Nuevas Tensiones Diplomáticas entre India y Pakistán


El drástico repunte de las tensiones tras el ataque en Pahalgam eleva las preocupaciones internacionales por un posible conflicto a gran escala.

MADRID, 25 Abr. –

El atentado perpetrado el martes en una zona turística de la región de Cachemira, administrada por India, que resultó en la muerte de al menos 26 personas, ha desencadenado un fuerte repunte de las tensiones entre India y Pakistán, que disputan el control de este territorio. Esto ha suscitado temores sobre una posible escalada militar entre las dos potencias nucleares. Para más información sobre el conflicto, visita este enlace.

El ataque fue llevado a cabo por milicianos del Frente de Resistencia, una organización creada en 2019 y asociada al grupo armado islamista Lashkar-e-Taiba (LeT). Este atentado tuvo lugar en Pahalgam, un popular destino turístico en Cachemira india, donde perdieron la vida 25 indios y un nepalí.

La Policía de Jammu y Cachemira publicó retratos robot de los tres responsables del ataque, dos de los cuales serían paquistaníes, mientras que el otro es residente de la zona. Fuentes oficiales citadas por la cadena NDTV han indicado que el ataque fue ejecutado por un grupo radical vinculado a LeT, compuesto principalmente por extranjeros.

Fuentes adicionales han mencionado que esta célula estaría bajo el mando del líder de LeT, Hafiz Said, y su ‘número dos’, conocido como ‘Saifulá’, quienes ya han sido acusados de numerosos atentados dentro del territorio indio. India ha hecho acusaciones directas a Pakistán, aunque este país expresó su «preocupación» por el incidente y se distanció del mismo. Encuentra más sobre las acusaciones en este artículo.

A pesar de ello, el Gobierno indio envió mensajes contundentes sobre la “contundente” respuesta que dará a los responsables del ataque y a quienes “han conspirado tras las sombras para llevar a cabo estos actos atroces”. En respuesta a la crisis, India ha rebajado sus lazos con Islamabad y ha suspendido su participación en un importante tratado sobre el reparto de agua. Para entender mejor el tratado de aguas, visita aquí.

El primer ministro indio, Narendra Modi, prometió «identificar, perseguir y castigar» a «cada terrorista y a cada uno de sus cómplices», advirtiendo que «los que han participado recibirán un castigo inimaginable». «Perseguiremos a los responsables hasta el fin del mundo», declaró tras su regreso de una visita oficial a Arabia Saudí.

La situación llevó a Nueva Delhi a revocar los visados emitidos a ciudadanos paquistaníes y a reducir su personal en la Embajada en Pakistán, además de limitar el número de diplomáticos paquistaníes en India. Estas decisiones han sido calificadas de «irresponsables» por Islamabad, que, a su vez, procedió a cancelar los visados de ciudadanos indios, suspender el comercio y cerrar su espacio aéreo. Para más detalles sobre estas decisiones, consulta este informe.

El Senado de Pakistán aprobó de forma unánime una resolución rechazando las acusaciones de India, considerándolas parte de una “campaña orquestada y malintencionada”. El texto también resalta que Islamabad «condena el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones».

EL TRATADO DE AGUAS

En este contexto, uno de los puntos más conflictivos es la decisión de Nueva Delhi de suspender su papel en el Tratado de Aguas del Indo de 1960, que obliga a India a garantizar a Pakistán el acceso al agua de este río y sus afluentes. Islamabad ha advertido que considerará cualquier interrupción de este acuerdo como «un acto de guerra». Para una revisión exhaustiva de este tratado, haz clic en este enlace.

El tratado, mediado por el Banco Mundial, ha sobrevivido a las guerras entre los dos países en 1965 y 1971, así como a los enfrentamientos de 1999, y su colapso podría marcar un punto de inflexión. Las autoridades paquistaníes sostienen que el tratado es vinculante y un “interés nacional vital”, ya que su suspensión podría resultar en escasez de agua, en un país que ya enfrenta problemas por sequías y una disminución en las lluvias.

La resolución del Senado critica la decisión «ilegal y unilateral» de India, afirmando que «Pakistán está totalmente capacitado para defender su soberanía e integridad territorial contra cualquier agresión, incluidos el terrorismo hídrico y la provocación militar». El documento recalca que «cualquier error por parte de India tendrá una respuesta firme, rápida y decisiva».

LLAMAMIENTOS A LA CALMA

El aumento de tensiones ha suscitado preocupaciones internacionales sobre un conflicto, incluyendo un llamado de la ONU a «ejercer la máxima contención» y a «garantizar que la situación no se deteriore aún más». «Creemos que todos los problemas entre Pakistán e India pueden y deben resolverse pacíficamente», declaró el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.

Por su parte, el Departamento de Estado de EE. UU. condenó «firmemente» el ataque y recalcó que Washington «analiza de cerca» la situación, que está cambiando rápidamente. «No adoptamos una posición sobre el estatus de Jammu y Cachemira», añadió en referencia a la causa subyacente de las décadas de tensiones entre ambos países desde su independencia en 1947.

Cachemira ha sido el principal foco de las tensiones bilaterales tras la independencia de Reino Unido en 1947. La primera guerra entre India y Pakistán estalló poco después de la independencia y se disputó el control de este territorio, que es mayoritariamente musulmán y uno de los más militarizados del mundo. Las tensiones continuaron en 1965 y 1999, y en 2008 los temores resurgieron tras los atentados de Bombay, que India atribuyó a LeT.

A pesar de una mejora temporal en las relaciones, la decisión de India de revocar el estatus especial de Jammu y Cachemira tras una serie de ataques provocó fuertes críticas de Islamabad, que incluyeron un corte permanente de las comunicaciones y la detención de miles de personas. La violencia ha aumentado nuevamente en 2020, aunque ambos países alcanzaron un alto el fuego en febrero de 2021 que ha permanecido, aunque con alegaciones mutuas de violaciones y el creciente intento de India de centralizar la administración en la región, alimentando así el temor de un nuevo conflicto.

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