Cómo Identificar Intereses Comunes para Potenciar la Cooperación

Cómo Identificar Intereses Comunes para Potenciar la Cooperación


El representante para la región aboga por establecer un diálogo con las juntas militares y busca nuevos mecanismos para la cooperación al desarrollo.

MADRID/BRUSELAS, 13 Abr. –

La UE se halla en el proceso de desarrollar un nuevo enfoque para gestionar su relación con los países del Sahel, en un contexto en el que el distanciamiento con Malí, Burkina Faso y Níger es evidente. Al mismo tiempo, existe la conciencia de la necesidad de dialogar con las juntas que lideran estos países. En particular, entre los socios del sur de Europa, surge una creciente preocupación por la influencia rusa en esta región y las implicaciones que de ello derivan.

Joao Cravinho, el enviado especial de la UE para el Sahel desde diciembre pasado, está a cargo de la elaboración de este nuevo enfoque. Durante su estancia en Madrid esta semana, explicó que actualmente se encuentra en una fase de escucha para reunir todos los elementos necesarios para elaborar el documento.

Su misión consiste en «entablar diálogo con todos los países del Sahel», incluidos los tres del centro del Sahel gobernados por juntas militares, así como «la vecindad más amplia», según informan fuentes del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEA), del que depende Cravinho, exministro de Exteriores de Portugal.

En el «centro» de esta nueva estrategia, aclaran las fuentes, estará la intención de «identificar intereses mutuos» con estos países «como base para una posible cooperación» futura, y añaden que «esto varía de país a país, dado los diversos contextos del Sahel», una región que se extiende desde Mauritania hasta Sudán.

DIALOGAR CON LOS MILITARES

Para encontrar esos puntos en común, tal y como Cravinho afirmó en un evento en EsadeGeo esta semana, es esencial dialogar con las juntas militares. «No podemos darnos el lujo de rechazarles por su vestimenta», declaró el enviado de la UE, argumentando que «los regímenes que han llegado al poder de manera inconstitucional no desaparecerán de la noche a la mañana».

A lo largo de su mandato, así como en los contactos que ha mantenido, ha constatado que el diálogo europeo con los países del Sahel central «había sido muy deficiente», principalmente por «una falta mutua de escucha y de explicación sobre lo que es importante para nosotros».

En estos países, no comprendían adecuadamente lo que buscaban los europeos e incluso desconfiaban de su oferta de asistencia, considerando que podría haber alguna «agenda oculta». Según Cravinho, los europeos no tienen «nada que ocultar», aunque sí tienen intereses relacionados con la **estabilidad del Sahel**.

EL ENFOQUE HACIA RUSIA NO ES EXITOSO

En este contexto, dejó claro que «es más provechoso cuando explicamos y buscamos convergencias» con los intereses de estos países, especialmente cuando, según él, están comenzando a darse cuenta de que su acercamiento a Rusia, en particular en el caso de Malí y en menor medida en Burkina Faso y Níger, no ha dado los resultados esperados.

Una de las causas de la serie de golpes de Estado que comenzaron en Malí en agosto de 2020 y culminaron en Níger en julio de 2023, con un segundo golpe en Malí y otros dos en Burkina Faso, fue precisamente el descontento de los militares con la estrategia adoptada en la lucha contra el yihadismo.

Estos tres países se han transformado en el principal foco del terrorismo a nivel mundial. Según el Índice de **Terrorismo Global 2025**, esta región registró el 51% de los asesinatos a nivel mundial y el 19% de los ataques. Además, cinco de los diez países más afectados por el terrorismo se encuentran en esta área de África, con Burkina Faso como el más castigado a nivel global.

Las juntas militares también vieron a Occidente, y particularmente a Francia, su antigua potencia colonial, como uno de los principales culpables del deterioro de la situación, debido al fracaso de las operaciones antiterroristas para frenar la expansión del yihadismo. Como resultado, rompieron sus lazos con París y forzaron la salida de las tropas francesas. En el caso de Malí, esto también se extendió a la Misión de la ONU y a la misión de la UE, que tuvo que poner fin a sus operaciones en Níger posteriormente.

Los tres países dirigieron su mirada hacia Rusia, que les ha ofrecido apoyo militar tanto en equipamiento como, en el caso de Malí, con efectivos, a través del despliegue de mercenarios del grupo Wagner, ahora conocido como Africa Corps y que está bajo el control del Ministerio de Defensa ruso. Según Cravinho, ahora son conscientes de que una respuesta militar por sí sola no es suficiente y que el apoyo ruso tiene «límites».

En este sentido, se mostró convencido de que la UE deberá abordar la cuestión de la **seguridad en el Sahel** en algún momento. Aunque actualmente no hay espacio para una «intervención» europea, sí es necesario «apoyar militarmente» a estos países, que según él, ahora están «más abiertos» que antes.

NECESIDAD DE COMPRENDER EL DISCURSO SOBERANISTA

Asimismo, Cravinho advirtió que la UE debe «tomarse en serio» el discurso soberanista panafricanista empleado por las juntas militares, quienes encuentran «muy difícil aceptar asistencia humanitaria», ya que esto resalta su incapacidad para resolver los problemas. En cambio, prefieren la ayuda al desarrollo.

Por tanto, subrayó la importancia de que la UE «sepa trabajar y hacerlo de forma sensible». En este sentido, destacó la necesidad de encontrar nuevos mecanismos de cooperación con estos países. Actualmente, la cooperación al desarrollo de Europa se centra en grandes proyectos, como los financiados a través del **Global Gateway**, que son «poco compatibles con la realidad» en el Sahel, o en la asistencia humanitaria.

Hay una distancia considerable entre ambas, por lo que la UE ya está trabajando para «desarrollar mecanismos más relevantes». «Esto llevará tiempo», admitió Cravinho, enfatizando que «el Sahel es un claro ejemplo de por qué necesitamos un enfoque de cooperación diferente» dentro de la UE.

Además, subrayó la importancia de contribuir al desarrollo de estos países, donde una población mayoritariamente joven y la ausencia de oportunidades impulsan a muchos a buscar una vida mejor en otros lugares, incluyendo Europa. «Si no logramos trabajar eficazmente en el Sahel y con el Sahel, las dinámicas migratorias continuarán», advirtió Cravinho.

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