MADRID, 20 Feb. –
El estrés que experimentamos tiene un impacto en nuestra microbiota, pero, a su vez, nuestra microbiota puede desempeñar un papel crucial en la gestión de ese estrés. Se trata de una relación bidireccional. Es esencial destacar que esta conexión se origina en la inflamación, y la complicación surge cuando el estrés se convierte en algo crónico en lugar de ser agudo, el cual puede ser manejado.
«Un aumento repentino de estrés puede ayudarnos a afrontar una situación, pero cuando se mantiene en el tiempo y va de la mano del cortisol, la hormona del estrés, resulta en un estado altamente proinflamatorio que afecta considerablemente a nuestra microbiota», explica la doctora De la Puerta.
Además, como se ha mencionado, la relación entre el estrés y la microbiota es bidireccional, y esta especialista hace hincapié en que un desequilibrio en la microbiota dificulta la gestión del estrés.
Por lo tanto, resalta que una microbiota en buen estado favorece un descanso nocturno reparador, ayuda a modular la inflamación provocada por el estrés y contribuye a eliminar esa sensación de «niebla mental» que muchos experimentamos y que dificulta el funcionamiento diario.
LA INFLAMACIÓN DEL CEREBRO
Otro punto importante que destaca esta doctora es que una microbiota desequilibrada debido al estrés también puede generar moléculas proinflamatorias que no solo permanecen en el intestino, sino que también pueden provocar inflamación en diversas partes del cuerpo, incluido el cerebro.
Además, menciona que cuando «la microbiota está desordenada» a causa del estrés, la barrera intestinal que protege nuestro organismo se vuelve ineficaz, aumentando la permeabilidad intestinal e intensificando la inflamación al permitir el paso de sustancias no deseadas.
5 BÁSICOS PARA AYUDAR A NUESTRA MICROBIOTA A MANEJAR EL ESTRÉS
Por otro lado, esta especialista advierte que el impacto del estrés sobre la microbiota no se gestiona con suplementos. «Teniendo un buen cuidado de nuestra salud, puedo gestionar la microbiota y contribuir a controlar el estrés«, asegura.
Con esta información, la doctora De la Puerta enfatiza la importancia de que el cuidado de la microbiota se convierta en una rutina diaria. La dieta debe ser completa, variada, rotacional y, si es posible, estacional, consumiendo alimentos de temporada. «Elimina de tu lista de compras los alimentos procesados y elige siempre ingredientes frescos para preparar tus comidas», recomienda.
La higiene mental es, según ella, la parte más enriquecedora de su enfoque, «escrito con el propósito de demostrar que, a pesar del contexto estresante que desordena la microbiota, sí podemos gestionar el impacto». En este sentido, mantiene que tras los sentimientos y pensamientos hay moléculas que pueden ser inflamatorias o antiinflamatorias.
La práctica de ejercicio también es crucial, ya que «el sedentarismo es el gran enemigo de nuestra microbiota». Ella aconseja seleccionar la actividad física que más disfrutes y que mejor se adapte a tus condiciones, haciendo de esta práctica un hábito cotidiano.
Por último, considera la higiene del sueño uno de los 5 pilares fundamentales para cuidar la microbiota. «Es fundamental mejorar la calidad de tus horas de sueño y respetar los ritmos circadianos: la noche es para descansar, y el día es para estar despierto». También sugiere practicar técnicas de respiración consciente o meditación, que son efectivas para el manejo del estrés.
Descubre más sobre cómo el estrés afecta la salud.
Aprende sobre la importancia de cuidar la microbiota.
Consulta recetas de alimentos saludables y de temporada.
Encuentra cómo el ejercicio beneficia tu salud mental y física.