CPJ condena asesinato de dos periodistas por Israel en Gaza y solicita investigación internacional

CPJ condena asesinato de dos periodistas por Israel en Gaza y solicita investigación internacional


Familiares de palestinos, incluidos tres periodistas, fallecidos a raíz de los bombardeos del Ejército de Israel en Beit Lahia, al norte de la Franja de Gaza (archivo)

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El Sindicato de Periodistas Palestinos señala que estos hechos «no son incidentes aislados», sino que constituyen «una política sistemática»

Las Fuerzas Armadas de Israel sostienen que uno de los fallecidos, empleado por Al Yazira, era parte del brazo armado de Hamás

MADRID, 25 Mar. –

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) ha expresado su condena ante la muerte de los periodistas palestinos Hosam Shabat y Mohamed Mansur, quienes fallecieron debido a ataques aéreos realizados por el Ejército israelí en la Franja de Gaza, demandando una «investigación internacional independiente» para evaluar si los ataques fueron dirigidos específicamente contra ellos.

Shabat, colaborador de la cadena de televisión qatarí Al Yazira, perdió la vida cuando un bombardeo impactó su vehículo en Beit Lahia, mientras que Mansur, que trabajaba para Palestine Today TV, murió junto a su esposa e hijo durante un ataque en su hogar en Jan Yunis.

«El CPJ se siente profundamente preocupado al ver nuevamente a los palestinos lamentar la pérdida de periodistas caídos en Gaza», afirmó Carlos Martínez de la Serna, director de programas del CPJ, subrayando que «este sufrimiento en Gaza debe cesar».

«La comunidad internacional necesita actuar con urgencia para salvaguardar la seguridad de los periodistas y demandar a Israel que rinda cuentas por las muertes de Hosam Shabat y Mohamed Mansur, cuyos asesinatos podrían ser considerados selectivos. Los periodistas son civiles, y atacarlos en un conflicto armado es ilegal», enfatizó.

En este contexto, el Sindicato de Periodistas Palestinos (PJS) condenó estos «atroces crímenes» en un comunicado en el que afirmaron que ambos periodistas fueron «atacados de forma directa». «Se trata de un crimen de guerra que busca silenciar la verdad y aterrorizar a aquellos que defiende la libertad de expresión», indicaron.

«Este acto no es un incidente aislado, sino parte de una política sistemática de ocupación que busca eliminar a los periodistas palestinos, quienes se han convertido en objetivos directos por simplemente cumplir con su deber de informar», declaró la organización.

El PJS también subrayó que más de 205 periodistas y trabajadores de medios han perdido la vida desde el comienzo de la ofensiva israelí contra Gaza, desatada tras los ataques del 7 de octubre de 2023 realizados por Hamás y otros grupos armados, describiendo esta situación como «la masacre más letal contra periodistas en la historia moderna».

Con ello, criticaron el «alarmante silencio internacional» y la «lamentable complicidad» con los crímenes de ocupación, demandando «acciones inmediatas» por parte de la comunidad global para «poner fin a estas violaciones que atacan directamente la libertad de prensa y los Derechos Humanos».

Por lo tanto, pidieron a la ONU, al TPI y a las organizaciones de derechos humanos del mundo que «vayan más allá de las simples condenas y actúen con premura para asegurar que la ocupación israelí rinda cuentas por sus crímenes», incluyendo la aplicación de sanciones para «detener la cultura de la impunidad».

ACUSACIONES DE ISRAEL

Por su parte, la Fuerza de Defensa de Israel confirmó su responsabilidad en la muerte de Shabat y sostuvo que era «un terrorista» perteneciente al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), actuando como «francotirador» en el grupo, además de ser empleado como periodista en Al Yazira.

«Las FDI y el Shin Bet revelaron en octubre de 2024 la clara conexión de este ‘terrorista’ con el brazo militar de Hamás, incluyendo documentos internos que demostraban que recibió entrenamiento militar en 2019», argumentaron.

En octubre de 2024, el Ejército israelí había acusado a Shabat y a otros cinco periodistas de Al Yazira de ser miembros de Hamás y Yihad Islámica, tras lo cual el CPJ solicitó a las autoridades israelíes que no realizaran «acusaciones infundadas» para «justificar sus asesinatos» contra profesionales de medios de comunicación.

En este sentido, el Ejército israelí insistió en que el individuo «participó en acciones y actividades terroristas contra las FDI y civiles de Israel durante el conflicto». «Es una nueva demostración de que los terroristas de Hamás obtienen puestos en Al Yazira», afirmaron, añadiendo que las fuerzas israelíes «continuarán actuando contra los terroristas de Hamás y eliminarán cualquier amenaza a los ciudadanos del Estado de Israel».

Las autoridades de Gaza condenaron enérgicamente el «asesinato de periodistas palestinos por la ocupación israelí», instando a la comunidad internacional y a las entidades periodísticas a «condenar estos crímenes sistemáticos» en Gaza. Hamás, por su parte, acusó a Israel de atacar a periodistas para «aterrorizarlos y disuadirlos de informar sobre la verdad y exponer la brutalidad de la ocupación», calificado la muerte de Mansur y Shabat como «asesinatos deliberados».

Asimismo, las autoridades del enclave elevaron a 730 los palestinos fallecidos a causa de los ataques del Ejército israelí tras la reanudación de las hostilidades el 18 de marzo, rompiendo el alto el fuego acordado en enero con el grupo islamista. La cifra total desde el inicio de los bombardeos alcanza ya los 51.100, incluidos más de 15.600 niños.

El Gobierno de Israel ordenó el 18 de marzo al Ejército adoptar «medidas enérgicas» contra Hamás, tras acusar a este grupo de «rechazar todas las ofertas» de mediación y ante sus supuestos planes de lanzar ataques, aunque Hamás ha negado estar preparando asaltos, afirmando haber aceptado incluso el plan propuesto por Washington.

Hamás ha insistido en cumplir con los términos originales del acuerdo, que debía ingresar a su segunda fase hace semanas, incluyendo la retirada de tropas israelíes de Gaza y un alto el fuego definitivo a cambio de la liberación del resto de los rehenes aún con vida. Sin embargo, Israel ha retrocedido en su posición, subrayando la necesidad de eliminar a Hamás y rehusándose a iniciar conversaciones sobre esta segunda etapa.

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