MADRID, 8 Jul. –
España enfrenta un desafío significativo con el consumo excesivo de sal (casi el doble de lo recomendado), contribuyendo a la alta prevalencia de hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, además de impactar la salud renal.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo máximo de sodio para adultos es de 2 gramos al día, equivalente a 5 gramos de sal al día, como señala la dietista-nutricionista de Clínica Universidad de Navarra, Claudia Urdangarín Fernández.
«Sin embargo, el consumo promedio en España, según datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), es de 9,7 gramos de sal al día», advierte esta experta.
El 72 % de la sal consumida proviene de alimentos procesados, como embutidos, pan, quesos y platos preparados; el 20 % se añade durante la cocción o en la mesa; y el 8-10% restante está presente de forma natural en los alimentos.
CUIDADO CON LA SAL
Según Urdangarín, el sodio es un mineral esencial en funciones vitales de nuestro organismo, como el mantenimiento del equilibrio hídrico y electrolítico, la transmisión nerviosa y la contracción muscular. «Ayuda a regular la presión arterial y el volumen sanguíneo, permitiendo un correcto funcionamiento celular», agrega.
Como mencionamos al inicio, un exceso de sal en la dieta puede favorecer el desarrollo de enfermedades renales y otras patologías. «La sal (sodio) es indispensable para la vida, pero su consumo excesivo puede ser perjudicial para la salud», advierte la especialista.
La sal debe ser gestionada cuidadosamente, ya que un consumo elevado puede impactar negativamente la presión arterial, constituyendo un riesgo directo para el desarrollo y progresión de enfermedades renales crónicas (ERC). «La hipertensión afecta a los vasos sanguíneos del riñón, reduciendo su capacidad de filtración», puntualiza.
Además, Urdangarín menciona que un alto consumo de sal está vinculado a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, retención de líquidos, osteoporosis, litiasis renal y ciertos tipos de cáncer gástrico.
CUIDADO PORQUE EL DAÑO SE PRODUCE EN EL LARGO PLAZO
El daño causado por un consumo excesivo de sal no es imediato; se desarrolla con el tiempo y se manifiesta a largo plazo, acumulándose efectos relacionados con la hipertensión y el estrés renal.
“El consumo agudo y excesivo de sal puede causar retención de líquidos y aumentos temporales de la presión arterial, afectando a personas sensibles y aumentando el riesgo cardiovascular inmediato”, señala esta experta en nutrición.
La dietista-nutricionista enfatiza que las personas con enfermedad renal crónica deben disminuir el consumo de sal para controlar la presión arterial y prevenir la sobrecarga de volumen, lo que ralentiza la progresión de la enfermedad. «Es esencial leer las etiquetas de los productos para identificar sal oculta y sustituir alimentos altos en sal (más de 1,25 gramos por 100 gramos) por opciones bajas en sal (menos de 0,25 gramos por 100 gramos)», apunta.
Finalmente, presenta algunos consejos para cuidar los riñones en verano:
– Mantener una adecuada hidratación, preferiblemente con agua.
– Evitar el consumo excesivo de alcohol y bebidas azucaradas.
– Controlar el consumo de sal, especialmente en productos procesados.
– Protegerse del calor para prevenir la deshidratación.
– En caso de enfermedad renal, seguir al pie de la letra las indicaciones médicas sobre líquidos y dieta.