MADRID, 1 Oct. –
La **adicción** no es simplemente una falta de voluntad ni un signo de debilidad; es una enfermedad hereditaria, progresiva y, a menudo, silente. En su obra Cadenas invisibles (Vergara), el terapeuta Luis Pérez, un exadicto recuperado y fundador de Zeus Centro Terapéutico, desvela por qué uno de cada cinco nacemos con predisposición genética a la adicción, cómo nuestro cerebro se vuelve insaciable y qué herramientas pueden ayudarnos a retomar el control de nuestras vidas antes de que sea demasiado tarde.
«La adicción no es una debilidad. No es falta de voluntad. Es una enfermedad primaria, progresiva, y muchas veces heredada, que utiliza el dolor emocional como motor. Sin embargo, este dolor no es el único factor. Hay personas con infancias devastadoras que nunca consumen, y otras con infancias estables que caen en la trampa», comparte este experto, formado como técnico especialista en conductas adictivas, así como en psicoanálisis, neurociencias, y salud mental.
Pérez advierte que muchas veces, el consumo se inicia por la curiosidad, por el deseo de encajar socialmente o por diversión, sin que la persona sea consciente del potencial enganche. «Existen un 20% de individuos con predisposición genética que consumen sin saber que pueden volverse adictos. La adicción suele ser invisible hasta que la persona decide dejarlo, de ahí el término ‘cadenas invisibles'», añade.
CUÁNDO SE ES ADICTO
Luis Pérez enfatiza que se convierte en adicción cuando las consecuencias del consumo superan los beneficios. «Uno no se da cuenta de su adicción hasta que desea dejarlo», subraya. A menudo, las personas que rodean a un adicto pueden identificar el problema, pero el propio afectado permanece ciego a su situación.
El experto explica que los adictos presentan deficiencias en aminoácidos claves en el cerebro, lo que provoca que, al consumir una sustancia, no logren detenerse a pesar de sentir que ya están saciados. «Cuando la dopamina se libera, la reacción es más intensa que la de otras actividades placenteras, como el sexo o la comida, llevando al cerebro a priorizar esta conducta por encima de otras», destaca.
HASTA DÓNDE TE PUEDEN LLEVAR LAS ADICCIONES
Luis comparte una experiencia trágica: la muerte de un compañero por sobredosis, señalando que las **adicciones** pueden llevar a consecuencias fatales, y subraya que, contrariamente a lo que muchos creen, los adictos no son felices.
La ayuda se solicita comúnmente solo cuando se llega a un punto crítico, como problemas de salud, laborales o judiciales provocados por el consumo. «Hay muchas personas que siguen consumiendo sin darse cuenta de que tienen un problema hasta que ocurre un evento desafiante», comenta el terapeuta.
EL DESEO DE CONSUMO DESAPARECE CON LOS AÑOS
Es posible recuperar completamente a aquellos que han enfrentado la adicción y participan en un tratamiento efectivo. «Con el tiempo, el deseo de consumir disminuye. Se aprende a vivir con la enfermedad. Sin embargo, debemos centrarnos en cómo se ha transformado la persona, no solo en el deseo de consumo», aclara, subrayando la importancia de la actividad física, la terapia y la escritura como herramientas de rehabilitación.
POR QUÉ TANTAS PERSONAS FRACASAN EN EL INTENTO
Al ser consultado sobre el alto índice de fracasos en el tratamiento de la **adicción**, Luis Pérez explica: «El mismo tratamiento funciona para algunos y no para otros. Hemos identificado que muchas veces no se trata de un mal tratamiento, sino de la falta de adherencia al mismo. Es crucial trabajar no solo en la conducta de no consumir, sino también en el desarrollo personal y de habilidades para evitar el abandono.»,
Finalmente, aconseja a quienes enfrentan un problema de **adicción**: «Aunque puede ser difícil, la familia y amigos deben aceptar la situación. Me gustaría haber escuchado cuando se me advirtió sobre mi adicción. Es esencial pedir ayuda y seguir las recomendaciones de los expertos para superar esta lucha«, concluye.
Además, puedes visitar nuestra sección sobre adicciones para obtener más información, así como explorar recursos externos como CDC sobre la adicción.