MADRID, 7 Oct. –
El catedrático de Psiquiatría Javier García Campayo sostiene que la mayor parte del sufrimiento no depende de las circunstancias, sino de nuestra interpretación. Su reciente publicación ‘Adiós al sufrimiento inútil’ (HarperCollins Ibérica) revela que mediante prácticas como el mindfulness, la aceptación y el autocuidado, podemos disminuir la ansiedad relacionada con el pasado y el futuro, permitiéndonos vivir con mayor serenidad.
En una entrevista, comparte que muchas personas padecen por el futuro, por situaciones que aún no se han materializado —y que quizás nunca lo hagan—, así como también sufren por el pasado; ambos males son **totalmente evitables**.
«El dolor es inevitable, pero el sufrimiento innecesario tiene una solución. Hay un porcentaje de sufrimiento vinculado a nuestras expectativas poco realistas sobre el mundo que podemos evitar; ese 80% previamente mencionado», recalca.
García Campayo, catedrático de Psiquiatría en la Universidad de Zaragoza y expresidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática, señala que en muchas ocasiones somos nosotros quienes fomentamos el sufrimiento que se puede evitar: «**Nos lo generamos nosotros con nuestros pensamientos sobre el mundo, nuestro diálogo interno constante**. Este sufrimiento es evitable, y no necesitamos crear más, aunque a menudo lo hacemos de forma automática. Muchas veces, aprendemos estos patrones de nuestros padres; no porque ellos sean culpables, sino porque vivimos en una sociedad donde se repiten estos comportamientos, marcada por una ansiedad de control que nos provoca sufrimiento».
PRINCIPALES FUENTES DE SUFRIMIENTO EVITABLE
**Este sufrimiento evitable proviene principalmente de nuestro pasado y nuestro futuro**. «Recordamos el pasado centrados en la tristeza por lo que se ha perdido o en la culpa por los errores cometidos; y si pensamos en el futuro, lo hacemos con ansiedad anticipatoria», aclara.
Además, menciona que las relaciones con otros seres humanos pueden ser otra fuente de sufrimiento evitable, ya sea por rupturas sentimentales, la tristeza que se transmite de un ser querido, el odio hacia personas que no nos agradan, o la envidia hacia aquellos que creemos que están mejor que nosotros, como detalla en su libro.
La buena noticia, añade, **es que con técnicas de crecimiento personal**, como la aceptación y el mindfulness, se puede trabajar sobre estas rumiaciones, que suelen ser una fuente importante de sufrimiento.
EL SUFRIMIENTO QUE NO PODEMOS EVITAR
García Campayo también recuerda que hay sufrimiento inevitable en la vida, como la muerte o la enfermedad: «**El sufrimiento primario o inevitable es existencial, inherente a la naturaleza humana**, simplemente por el hecho de existir; los principales sufrimientos primarios son el envejecimiento, la enfermedad y la muerte, tanto nuestra como la de nuestros seres queridos».
«No es tanto la genética la que nos hace cargar con piedras en la mochila, sino estos patrones aprendidos. Sin embargo, todo es modificable, y podemos sufrir menos mediante técnicas y con la asistencia de terapia en muchas ocasiones», defiende este especialista.
CONSEJOS A LA HORA DE SUFRIR
Por último, se le solicita a este psiquiatra que comparta su consejo principal frente al sufrimiento cotidiano, y menciona que es útil reflexionar sobre lo que queremos transmitir en nuestra etapa final de vida; qué es lo que realmente nos acompañará en ese momento: si serán los bienes materiales y el estatus social que hemos alcanzado, o si, al final, lo que realmente importa son las relaciones que hemos cultivado y cómo hemos contribuido a hacer del mundo un lugar mejor.
«Si tenemos claro este enfoque, todo fluirá mejor. El consejo fundamental es aprender a quererse a uno mismo, comprender el sufrimiento propio y ajeno; ser amables y empáticos con el sufrimiento de los demás; y disfrutar de la vida, a pesar de que estar vivo a veces implique sufrir. Debemos ser compasivos y aprender a vivir con el sufrimiento, ya que forma parte de la vida», concluye.
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