MADRID, 19 Oct. –
La artrosis de rodilla afecta a millones de personas mayores de 45 años y puede limitar seriamente la movilidad, causar dolor y afectar la calidad de vida. Pero la buena noticia es que moverse es la mejor medicina: incorporar la actividad física adecuada puede reducir el dolor, mejorar la función y ayudarte a recuperar independencia en el día a día. Pero, ¿cuál es el mejor ejercicio?
La artrosis se produce cuando el cartílago protector de los extremos de los huesos se desgasta, causando dolor, inflamación y alteraciones del movimiento. Si bien cualquier articulación puede verse afectada, es más común en las rodillas, donde casi el 30% de las personas mayores de 45 años presentan signos de osteoartritis o artrosis de rodilla en las radiografías, la mitad de las cuales también presentan síntomas graves en las rodillas.
IMPORTANCIA DEL EJERCICIO
El ejercicio es uno de los tratamientos primordiales para la artrosis, pero las directrices actuales ofrecen información limitada sobre los tipos específicos de ejercicio recomendados para pacientes con artrosis de rodilla.
Para abordar esta falta de evidencia, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang (China) se propusieron evaluar la eficacia y la seguridad de diversos tipos de ejercicio para el tratamiento de la artrosis de rodilla.
Sus hallazgos, publicados por ‘The BMJ’, se basan en los resultados de 217 ensayos aleatorios publicados entre 1990 y 2024 que involucraron a 15.684 participantes y que compararon terapias de ejercicio comunes (aeróbico, flexibilidad, fortalecimiento, mente-cuerpo, neuromotor y ejercicio mixto) con un grupo de control.
Los ensayos fueron de calidad variable, pero los investigadores pudieron evaluar la certeza de la evidencia utilizando el reconocido sistema GRADE. Las principales medidas de interés fueron el dolor, la función, el rendimiento de la marcha y la calidad de vida, evaluados a corto (cuatro semanas), mediano (12 semanas) y largo plazo (24 semanas).
EJERCICIO AERÓBICO, TU MEJOR ALIADO
El estudio señala que las actividades aeróbicas como caminar, andar en bicicleta o nadar probablemente sean el mejor ejercicio para mejorar el dolor, la función, el rendimiento de la marcha y la calidad de vida en pacientes con artrosis de rodilla. Aunque otros ejercicios pueden ofrecer beneficios complementarios, no deben sustituir al ejercicio aeróbico como estrategia principal.
En general, el ejercicio aeróbico mostró consistentemente la mayor probabilidad de ser el mejor tratamiento en todos los resultados entre las terapias de ejercicio estudiadas en ensayos clínicos.
La evidencia de certeza moderada indicó que, comparado con los controles, los ejercicios aeróbicos fueron beneficiosos para aliviar el dolor a corto y mediano plazo, mejorar la función a corto, mediano y largo plazo, así como el rendimiento de la marcha y la calidad de vida en ambos plazos.
La evidencia también mostró que el ejercicio mente-cuerpo probablemente resulte en un gran aumento en la función a corto plazo, mientras que el ejercicio neuromotor probablemente mejore el rendimiento de la marcha a corto plazo, y el ejercicio de fortalecimiento y el ejercicio mixto probablemente resulten en un gran aumento en la función a medio plazo.
Ninguna de las intervenciones de ejercicio generó más eventos adversos que el grupo de control, lo que sugiere que la terapia de ejercicio es un enfoque seguro de tratamiento.
CONSEJOS FINALES PARA PACIENTES CON ARTROSIS DE RODILLA
Los autores reconocen ciertas limitaciones. Por ejemplo, la mayoría de los resultados provienen de comparaciones indirectas, algunos resultados carecían de datos a largo plazo, y los efectos de estudios pequeños podrían haber influido en los hallazgos en las etapas iniciales.
No obstante, afirman que este estudio proporciona un análisis exhaustivo y actualizado de los efectos de la intervención con ejercicios como estrategia de tratamiento para la artrosis de rodilla, lo que podría asistir a los médicos en la prescripción de terapia para mejorar los resultados del tratamiento.
A la luz de estos hallazgos, los investigadores sugieren el ejercicio aeróbico «como una intervención de primera línea para el tratamiento de la artrosis de rodilla, especialmente cuando el objetivo es mejorar la capacidad funcional y reducir el dolor» y agregan que, si el ejercicio aeróbico no es posible debido a limitaciones individuales, «formas alternativas de actividad física estructurada aún pueden ser beneficiosas».