Antón asegura que el subsecretario le trasladó que su relevo no era por su «desempeño profesional»
MADRID, 5 Feb. –
El embajador de España en Bélgica, Alberto Antón, ha criticado al ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, por la «maniobra torpe, ridícula y mezquina» que se ha llevado a cabo para su cese, así como por el daño a su reputación debido a que se ha insinuado que su destitución está relacionada con haber dormido durante la Conferencia de Embajadores.
En una carta dirigida al propio ministro, a la que ha tenido acceso la prensa, Antón manifiesta que acata su «cese inesperado»; «cómo no podría ser de otro modo», solicitará el plácet para su sucesor en el cargo y regresará a los servicios centrales del Ministerio «para seguir sirviendo a España».
Según su relato, el subsecretario del Ministerio, Xavier Martí, lo llamó el pasado 29 de enero para informarle sobre su relevo. «Me precisó que mi cese no se debía a mi desempeño profesional», recalca el aún embajador en Bruselas.
Tras indagar sobre «los rumores en los pasillos» del Ministerio, que finalmente se confirmaron, explica que «el asunto afecta a un triángulo de Embajadas (Lituania, Luxemburgo y Bélgica), siendo yo, sin haber cumplido en el puesto el tiempo mínimo habitual (entre tres y cuatro años), el único que salgo perjudicado por los calculados ajustes».
TRES EMBAJADAS AFECTADAS POR LOS CAMBIOS
Antón se refiere a que le sucederá en Bruselas el actual embajador en Luxemburgo, José María Rodríguez Coso, quien a su vez será sucedido por la actual embajadora en Lituania, Nieves Blanco. Es de destacar que Blanco es la esposa del embajador ante la UE, Marcos Alonso, compañero de promoción y muy cercano al ministro.
Mientras «se disparan las interpretaciones» y finalmente queda «bien explicada la operación de cambios en las embajadas», «simultáneamente se difunde ampliamente en los medios de comunicación la idea de que he sido cesado por dormirme en el acto solemne de tu discurso», le señala al ministro.
El embajador inicia precisamente su relato refiriéndose a este episodio y explica que esa mañana estaba «enfermo con gripe y bajo los efectos de antihistamínicos», pero decidió asistir para poder encontrarse con sus compañeros.
Asimismo, señala que ya durante la conferencia de embajadores, una vez se hizo público un vídeo mostrando a varios de ellos dormitando durante el discurso inaugural de Albares, bromearon con que «en el contexto actual del Ministerio, si se quería, se podía encontrar en el vídeo ‘munición’ para tratar de descalificar, amedrentar y eventualmente destituir a alguien llegado el momento oportuno».
Así las cosas, Antón confiesa a Albares que «esta maniobra, aparte de torpe, ridícula y mezquina» le «incomoda y consterna», no solo por lo que considera un «intento de ensuciar y poner en entredicho» su reputación profesional, sino porque alude a la arbitrariedad.
CON SU ARBITRARIEDAD SIEMBRA INSEGURIDAD Y MIEDO
A su juicio, «pone de manifiesto una falta de criterio, que hace pensar que se confunde un principio que asumimos todos los compañeros disciplinadamente, como es el de la discrecionalidad, con la arbitrariedad; y lo que ello conlleva es sembrar la inseguridad y el miedo entre los que tenemos la responsabilidad de defender los intereses de España en el Exterior».
En este sentido, expresa su preocupación por los diplomáticos más jóvenes, «recién ingresados en la Carrera, cuya ilusión y ganas de servir al Estado» él mismo pudo comprobar en su anterior puesto como director de la Escuela Diplomática.
Asimismo, opina que su cese supone desaprovechar los contactos que ha cosechado y lamenta que esto ocurra cuando España será el país invitado del festival Europalia 2025 que inaugurarán los Reyes el próximo octubre. «Habría deseado contribuir con mi trabajo al éxito de la visita de nuestros Reyes, a los que profeso un enorme respeto y admiración, siendo nuestro jefe del Estado el mejor representante de España en el exterior», concluye.