MADRID, 26 Abr. –
La disfunción eréctil es un problema común en nuestra sociedad, incluso en edades jóvenes. Se estima que uno de cada cinco españoles la experimenta, abarcando casi todos los grupos de edad, y comenzando desde los 25 años, según datos del estudio «Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina», realizado por diversas sociedades científicas españolas, como la Asociación Española de Urología y la Sociedad Española de Cardiología.
Para profundizar en este tema y conocer los factores que pueden influir en su aparición, a propósito de la celebración del Día Mundial del Pene, entrevistamos al doctor Eduardo García Cruz, urólogo en el Instituto de Urología Serrate y Ribal (Barcelona) y en ROC Clínic (Madrid).
El doctor define la disfunción eréctil como «la incapacidad para conseguir una erección suficiente para tener relaciones sexuales satisfactorias». Resalta que, aunque la edad puede reducir la frecuencia de las erecciones y aumentar la probabilidad de disfunción, «la disfunción eréctil no es normal a ninguna edad».
Como señala la Asociación Española de Urología, esta condición puede presentarse en diferentes niveles, desde erecciones menos firmes hasta la ausencia total de erección.
PRINCIPALES CAUSAS DE DISFUNCIÓN ERÉCTIL
Entre las causas más destacadas de la disfunción eréctil, el doctor García Cruz señala que «en hombres jóvenes predominan problemas de ansiedad, falta de confianza, así como el uso de pornografía y anabolizantes. En hombres mayores de 50 años, los factores de riesgo principales incluyen tabaquismo, obesidad, hipertensión, diabetes y niveles elevados de colesterol.
¿Cómo mejorarla en el día a día? El doctor García Cruz recomienda comenzar por un buen descanso, seguido de una dieta baja en carbohidratos y grasas procesadas. También considera esencial no fumar y realizar ejercicio físico de fuerza. «Limitar el uso de pornografía y mantener una buena comunicación e intimidad con la pareja son fundamentales», asegura.
«El estrés y la ansiedad, así como el uso excesivo de dispositivos electrónicos, tienen un impacto significativo en la salud sexual masculina. La activación del sistema nervioso simpático – la respuesta de lucha o huida – provocada por el estrés y problemas relacionales, reduce el deseo y la erección, afectando también la duración del acto sexual», advierte el especialista de ROC Clínic.
Además, sostiene que las consecuencias del uso de pornografía están empezando a ser evidentes, tanto en jóvenes como en hombres mayores. «Y, a riesgo de sonar pesimista, se anticipan problemas aún mayores», agrega el urólogo.
CUÁNDO APARECE EL PROBLEMA
En este contexto, la Asociación Española de Urología indica que la disfunción eréctil suele ser un proceso progresivo. Los hombres pueden notar que las erecciones son menos firmes o que no duran lo suficiente para una relación sexual satisfactoria.
Para el diagnóstico, se basa en los síntomas del paciente, así como en estudios analíticos, principalmente hormonales, y en el control de colesterol, triglicéridos y glucosa. «La ecografía Doppler puede ayudar a evaluar el flujo arterial y venoso durante una erección, aunque existen otros métodos de diagnóstico», añade.
La Asociación asegura que «lo más importante del tratamiento es que la disfunción eréctil se puede curar», y frecuentemente se inicia con una terapia oral en diferentes dosis y formas de administración.
Dependiendo de la respuesta del paciente, se pueden explorar otras opciones terapéuticas, como geles y terapia intracavernosa. El doctor García Cruz menciona que actualmente hay innovaciones significativas, como el uso de la radiofrecuencia para prevenir y tratar la disfunción eréctil asociada a la edad: «Existen ya dispositivos de radiofrecuencia para el hogar que permiten abordar el problema más profundamente. En casos extremos, la cirugía puede ser una opción».
No obstante, este especialista enfatiza: «La disfunción eréctil tiene solución, pero el tratamiento no es uniforme para todos los pacientes. Es crucial entender al hombre y su pareja, identificar la causa del problema y diseñar un tratamiento adaptado a cada persona, no solo al aspecto físico».