MADRID, 22 Ene. –
Las sustancias lipídicas, como el colesterol o los triglicéridos, son insolubles en agua. Para poder ser transportadas por la sangre, que es un líquido esencialmente acuoso, estas sustancias deben integrarse en estructuras macromoleculares llamadas ‘lipoproteínas’, que facilitan su «solubilización» en el agua del plasma.
En este artículo nos enfocaremos en una lipoproteína muy importante que puede determinar nuestro riesgo cardiovascular, la Lipoproteína (a). Esta sustancia es producida por nuestro propio hígado y se estabiliza alrededor de los 5 años de edad, siendo heredada de nuestros padres, como se explicará más adelante.
«Las lipoproteínas son complejos macromoleculares formados por proteínas (denominadas apolipoproteínas) y sustancias lipídicas. No todas las lipoproteínas son iguales«, explica el doctor Manuel Botana, médico especialista en Endocrinología y Nutrición y miembro del grupo de Lípidos y Riesgo Cardiovascular de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
CUIDADO CON LOS NIVELES ELEVADOS
En este contexto, el doctor Botana señala que la lipoproteína (a) o Lp(a) fue descubierta en los años 60 del siglo pasado y luego se comprobó que, cuando sus niveles plasmáticos son elevados, incrementa el riesgo de desarrollar arteriosclerosis y otras enfermedades cardíacas.
«Tiene una estructura molecular interesante, ya que consiste en dos mitades: una de ellas es igual a la Apo-B del colesterol LDL (conocido como ‘colesterol malo’) y la otra mitad, que la hace más ‘diferente’, se denomina apolipoproteína (a) o apo (a)», añade el doctor Botana, endocrinólogo del Hospital Universitario Lucus Augusti en Lugo.
Sin embargo, aclara que es complicado establecer valores normales de Lp(a) debido, por un lado, a la técnica analítica utilizada para su medición, que puede variar los resultados, y por otro, a que estos pueden diferir según la raza.
«Se estima que el 30% de las personas de raza caucásica tienen niveles entre 25 a 30 mg/dL, mientras que en la población afrodescendiente, estos valores se encuentran en un 60-70%. Las personas con niveles superiores a 50 mg/dL o 120 nmol/L tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular«, enfatiza el especialista.
UNA HERENCIA DE NUESTROS PADRES
Así, como subraya, la Lp(a) está determinada genéticamente: «Su valor depende de los valores que tengan ambos padres. Es decir, mantenemos los mismos niveles a lo largo de la vida, desde que se estabilizan aproximadamente a los 5 años. Por lo tanto, medirla una vez en la vida es suficiente, dado que no cambiará».
Además, el doctor Botana acentúa que es un factor de riesgo cardiovascular, ya que sus niveles altos incrementan el riesgo de padecer arteriosclerosis (infarto de miocardio, ictus y enfermedad arterial periférica), lo que permite afirmar que es un factor de riesgo cardiovascular de origen genético.
¿CUÁNDO DEBERÍAMOS MEDIRLO O CONOCER SUS NIVELES?
Las recomendaciones para medir los niveles de Lp(a) no están unánimemente aceptadas, como reconoce el miembro de la SEEN. Sin embargo, recalca que todas las sociedades científicas que estudian el riesgo vascular coinciden en que debemos conocer los valores de Lp(a) en aquellas personas con riesgo vascular elevado por otros factores (hipercolesterolemia, diabetes, hipertensión, etc.).
«Algunas sociedades científicas sugieren medirlo en toda la población al menos una vez en la vida, mientras que otras solo lo recomiendan en casos de alto riesgo vascular. La recomendación de realizar la medición en todas las personas, al menos una vez en la vida, es apoyada por la Sociedad Europea de Arteriosclerosis, y personalmente estoy de acuerdo con su aplicación en España», destaca el doctor Botana.
No obstante, el especialista expresa su preocupación por la falta de tratamientos eficaces para la hiperlipoproteinemia (a): «Cualquier tratamiento que se implemente necesitará una reducción de Lp(a) de más del 90% respecto a los valores iniciales para ser efectivo, y dado que los pocos fármacos que pueden reducir un poco los niveles de Lp(a) actualmente carecen de utilidad, se están desarrollando nuevos tratamientos, y es probable que en pocos años tengamos medicamentos eficaces para ello».
Más información sobre Lipoproteína (a)