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Miles de personas se concretan también en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv en señal de apoyo a Yarden Bibas.
MADRID, 26 Feb. –
Miles de personas han salido a las calles en Israel para acompañar el cortejo fúnebre y dar el adiós definitivo a los tres miembros de la familia Bibas, Shiri Bibas y sus hijos, Ariel y Kfir. Estos han sido finalmente enterrados cerca del kibutz de Nir Oz, donde residían cuando fueron secuestrados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) el 7 de octubre de 2023.
Los asistentes se han situado a ambos lados de la carretera que va desde la ciudad de Rishon LeZion, punto de partida del cortejo, hasta el cementerio de Tsoher. Allí, han sido enterrados en una ceremonia retransmitida por televisión y posteriormente se realizó un funeral.
Multitudes también se han congregado en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv, siguiendo las imágenes de los canales de televisión locales, ondeando banderas de Israel. Los presentes han demostrado su apoyo a Yarden Bibas, padre de los menores fallecidos, quien también fue secuestrado pero logró ser liberado con vida a principios de febrero durante un intercambio entre Hamás e Israel en el marco del alto el fuego en la Franja de Gaza.
Yarden, esposo de Shiri, ha indicado que los tres han sido enterrados en un mismo ataúd para que «permanecen siempre juntos», lamentando no haber podido «protegerlos». «Ayudadme para no caer en la oscuridad», ha manifestado en un discurso en el que ha alabado a su mujer y a sus hijos, que tenían diez meses y cuatro años cuando fueron secuestrados.
«Te quiero y siempre te querré. Eras todo para mí. Fuiste la mejor madre y la mejor mujer que pude tener. Eras mi mejor amiga. ¿Quién me ayudará ahora a tomar decisiones?», ha lamentado Yarden durante el funeral al referirse a su difunta mujer como «mi amor».
«Recuerdo todo lo que pasamos juntos y hay momentos muy bellos. Recuerdo los nacimientos de Ariel y Kfir. Recuerdo los días que nos sentábamos a tomar un café, solos tú y yo, hablando durante horas. Echo de menos esos pequeños momentos», ha expresado, según ha recogido el diario The Times of Israel.
Previamente, el presidente de Israel, Isaac Herzog, ha conmemorado a Shiri Bibas y sus hijos en un mensaje a través de sus redes sociales antes del entierro. «Un país entero está de luto. Tenemos los corazones rotos y os acompañamos en vuestro descanso eterno», ha señalado.
«Esto no es lo que habíamos soñado recuperar. (..) Este es un llanto que se escuchará en todo el mundo y que despertará algo en los corazones de personas de todas partes. Uníos a nuestro llanto; el llanto de una nación y un pueblo roto», ha afirmado.
UN CASO POLÉMICO
El caso de la familia Bibas ha suscitado controversias en el país tras las acusaciones de las autoridades israelíes a Hamás por incumplir el acuerdo de alto el fuego. El 20 de febrero, se entregó el cuerpo de una persona cuyos restos no coincidían completamente con los de Shiri Bibas, aunque el grupo palestino alegó que estos restos «se mezclaron» con otras víctimas tras un bombardeo en Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó este hecho de «cruel y atroz violación del acuerdo» de alto el fuego, vigente desde el 19 de enero.
Al día siguiente, las fuerzas israelíes anunciaron una nueva entrega de restos que sí correspondían a la rehén, lo cual fue confirmado el 22 de febrero por el Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos, que señaló la identificación de estos restos como los de Shiri y enfatizó que deberían haberse entregado previamente.
Hamás ha reiterado que tanto Shiri como sus hijos murieron en noviembre de 2023 debido a un bombardeo israelí que, según ellos, fue «ordenado por Netanyahu», a quien acusan de ser el principal responsable de sus muertes. Ante estas acusaciones, el Ejército israelí ha afirmado que «terroristas» de Hamás fueron los que mataron a los niños «con sus propias manos».
La entrega de los cuerpos también generó controversia. El Gobierno de Israel tildó de «repulsivo y horrendo» el «espectáculo monstruoso» proporcionado por Hamás alrededor de la ceremonia realizada para entregar los cuerpos de cuatro rehenes fallecidos en Gaza, entre ellos los de la familia Bibas.
Esta ceremonia también fue criticada por Naciones Unidas y el Comité Internacional de Cruz Roja (CICR), que expresaron su «preocupación e insatisfacción» con el ‘modus operandi’ del grupo armado palestino, instando a que estas entregas se realicen de manera «privada y digna» y alertando sobre posibles violaciones del Derecho Internacional.
