MADRID 16 Feb. –
Las **interferencias de la industria del tabaco** en las políticas de control del tabaquismo están contribuyendo a la desaceleración en la disminución de la prevalencia de fumadores en España, según el artículo titulado ‘Reducción de daños en tabaco: ¿realidad o marketing?’.
Este trabajo, realizado por los investigadores **Rodrigo Córdoba**, **Vidal Barchilón**, **Francisco Pascual** y **Joan B. Soriano**, fue recientemente publicado por ‘Elsevier’, donde también afirman que el balance **beneficio/riesgo** de la conocida reducción de daños (RD) proporcionada por la industria tabacalera es «claramente desfavorable» para la **salud pública**.
La RD se refiere a políticas y prácticas destinadas a minimizar las consecuencias adversas para la **salud**, la **sociedad** y la **economía** de un comportamiento. Esta estrategia busca suavizar los efectos negativos de ciertos comportamientos sin erradicarlos por completo, con el fin de no afectar a quienes podrían decidir dejar el tabaco o sus derivados, explican los investigadores.
Así, el artículo señala la reducción de la **percepción del daño** desde la industria tabacalera. «Esto incluye productos que contienen **nicotina** y varios componentes, que se presentan a los consumidores como productos con mejoras técnicas y científicas, que generan menos efectos nocivos y son, por lo tanto, presumiblemente más seguros o menos tóxicos», comentan.
Entre estos productos están los **cigarrillos con filtro**, **cigarrillos light**, tabaco sin humo y dispositivos que liberan nicotina, conocidos como **cigarrillos electrónicos**.
Respecto a los **cigarrillos electrónicos**, los investigadores subrayan que la diferente concentración de toxinas en comparación con el cigarrillo común no implica un menor riesgo a medio y largo plazo. «Los efectos adictivos y las consecuencias respiratorias y cardiovasculares a corto plazo pueden ser similares», aseguran.
«En países de nuestro entorno, como **Italia**, se ha evidenciado que el consumo de nuevos productos de liberación de nicotina y tabaco calentado se asociaba en hombres adultos a un aumento en la prevalencia de tabaquismo», resaltan los investigadores.
Además, enfatizan que una premisa equivocada que la industria utiliza para promocionar los **cigarrillos electrónicos** es la supuesta existencia de un ‘núcleo duro’ de fumadores que no pueden dejar de fumar o que han fracasado con otros métodos. «Sin embargo, el control del tabaco contribuye a la reducción de la **prevalencia del tabaquismo** y promueve una población fumadora más receptiva a intervenciones basadas en evidencia», añaden.
En este contexto, afirman que las estrategias con mayor evidencia para el control del tabaco incluyen el **aumento del precio del tabaco**, la **equiparación de la legislación** de todos los productos relacionados con el tabaco, la **expansión de espacios libres de humo** y el acceso a tratamientos respaldados por evidencia científica.
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