MADRID 18 Mar. –
La oficina de Derechos Humanos de la ONU ha determinado que Israel está cometiendo crímenes de guerra debido a la expansión de los asentamientos en Cisjordania. Se ha exigido el cese inmediato de estas actividades y la evacuación de los colonos presentes en territorios ocupados. Para más información sobre la situación actual, visita el sitio oficial de la ONU.
«El traslado por parte de Israel de su población civil al territorio que ocupa equivale a un crimen de guerra«, ha afirmado el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, quien ha llamado a la comunidad internacional a intensificar la presión para detener este tipo de actividades, que también se extienden a Jerusalén Este.
Asimismo, Turk ha recordado que Israel tiene la obligación de cumplir con los dictámenes de la Corte Internacional de Justicia y detener su actividad colonial. También se enfatizó la necesidad de asumir indemnizaciones «por el daño causado durante las décadas de ocupación ilegal», que han incluido la demolición de viviendas de civiles palestinos y la tolerancia a la violencia.
El alto comisionado ha advertido que las políticas israelíes facilitan la «integración» de facto de Cisjordania en su propio Estado y, en última instancia, violan «el derecho de los palestinos a la autodeterminación». Esto se evidencia en un informe que examina los supuestos abusos ocurridos durante casi un año, desde noviembre de 2023 hasta octubre de 2024.
Durante este periodo, las autoridades israelíes han aumentado la construcción de más de 20.000 viviendas en áreas ocupadas y han destruido al menos 214 propiedades palestinas. Además, los colonos han ampliado sus áreas de control con nuevas carreteras y el respaldo del Ejército israelí, que les facilita la conexión entre enclaves mientras restringe el movimiento de los palestinos.
El Gobierno de Benjamin Netanyahu no ha indicado que planee revertir estas medidas, y la ONU concluye que la «institucionalización» de la actividad colonial continúa, junto con patrones de discriminación, segregación, represión, dominación, violencia y otros actos inhumanos contra la población palestina.
Se crea, incluso, «un clima de venganza». Al menos 612 palestinos han muerto durante el periodo analizado en Cisjordania y Jerusalén Este por parte de fuerzas de seguridad y colonos, mientras que otros 24 israelíes han perdido la vida en ataques. Para conocer más sobre los impactos de este conflicto, visita Amnistía Internacional.
«La línea entre la violencia de colonos y la de Estado se ha difuminado hasta desaparecer, lo que ha propiciado un aumento de la violencia y la impunidad», señala el informe presentado recientemente.
