MADRID, 12 Nov. –
Dos nuevos estudios demuestran que las personas con afecciones alérgicas -como eccema, asma y rinitis alérgica– podrían enfrentar mayores complicaciones tras ciertos tipos de cirugía, según investigadores de la UTMB John Sealy School of Medicine (Estados Unidos).
La investigación, presentada en la Reunión Científica Anual 2025 del Colegio Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología, que se celebra del 6 al 10 de noviembre en Orlando (Estados Unidos), sugiere que la inflamación y las alteraciones del sistema inmunitario asociadas a estas afecciones pueden dificultar la recuperación del organismo y aumentar el riesgo de infección postoperatoria.
En un estudio a gran escala, los investigadores analizaron a más de 20.000 mujeres que se sometieron a una reconstrucción mamaria tras una cirugía oncológica. Aquellas con eccema, dermatitis u otras afecciones alérgicas de la piel tenían mayor probabilidad de sufrir complicaciones con sus implantes mamarios -incluidas infecciones, acumulación de tejido cicatricial (contractura capsular) y rotura del implante- que las mujeres sin estas afecciones.
Durante los tres años posteriores a la cirugía, los pacientes con enfermedades cutáneas atópicas (alérgicas) también tuvieron más probabilidades de necesitar la extracción del implante o cirugías adicionales para solucionar problemas.
«Las personas con eccema o afecciones cutáneas similares ya tienen la piel más sensible y un mayor nivel de inflamación», contextualiza Philong Nguyen de UTMB y autor principal del estudio. «Esto parece dificultar la cicatrización quirúrgica y aumentar la probabilidad de infección».
En un segundo estudio realizado por algunos de los mismos investigadores, se analizó a más de 38.000 adultos que se habían sometido a un injerto óseo, procedimiento que suele utilizarse para reparar o regenerar el hueso. Aquellos con afecciones alérgicas como asma, rinitis alérgica o eccema presentaron mayores tasas de infección, inflamación ósea (osteomielitis) y la necesidad de cirugía adicional para extraer o reemplazar los implantes.
«Incluso dos años después de la cirugía inicial, las personas con afecciones atópicas seguían teniendo mayor probabilidad de sufrir problemas como infecciones o aflojamiento de implantes», aporta Joshua Wang, autor principal del estudio. «Estos resultados sugieren que las afecciones alérgicas pueden afectar la capacidad del cuerpo para sanar después de una cirugía, no solo en la piel, sino también en los huesos».
Los autores de ambos estudios coinciden en que el conocimiento de este riesgo puede informar el asesoramiento preoperatorio y propiciar una vigilancia postoperatoria más estricta en esta población de pacientes.



