MADRID, 17 Abr. –
La falta de sueño se ha convertido en un problema cada vez más común en las sociedades modernas y afecta tanto la salud física como la mental. Dormir bien es crucial no solo para el descanso, sino también para empezar el día con energía, concentración y un buen estado de ánimo. Entre los elementos que influyen en la calidad del sueño y en el despertar, la exposición a la luz natural parece desempeñar un papel fundamental.
LA LUZ NATURAL Y SU IMPACTO EN LA FATIGA MATUTINA
El impacto del entorno luminoso en el sueño ha sido un tema de interés en disciplinas como la ciencia del sueño y la psicología ambiental. Investigadores de la Universidad Metropolitana de Osaka (Japón) han observado que la luz natural proporcionada en cantidades moderadas antes de despertarse podría tener un impacto positivo.
Una de las nuevas contribuciones de este hallazgo, publicado en Building and Environment, es que a diferencia de otros estudios enfocados en el uso de luz artificial, este investiga la **luz natural**. Los investigadores creen que la luz natural podría ser más eficaz en replicar entornos reales donde se vive.
Para verificarlo, el estudiante de la Escuela de Posgrado de Vida Humana y Ecología Xiaorui Wang y el profesor Daisuke Matsushita lideraron un equipo que evaluó si introducir luz moderada en el dormitorio justo antes de despertar mejoraría la vigilia matutina. Se utilizó un sistema de cortinas que bloquean la luz y dispositivos de cierre motorizados en un experimento con 19 participantes en tres condiciones: luz natural durante 20 minutos antes de despertar (IA), luz natural desde el amanecer hasta el despertar (IB) y sin luz natural antes de despertar (CC).
Tras cada sesión, se midió la somnolencia, el estado de alerta y la fatiga de los participantes mediante un electrocardiograma, un electroencefalograma y una encuesta. Los resultados indicaron que los participantes presentaban menor somnolencia en las condiciones de luz natural 20 minutos antes de despertar y luz desde el amanecer que aquellos sin luz natural.
Además, se observó que la luz natural durante 20 minutos antes de despertar era uno de los métodos más efectivos para **mejorar la vigilia**, mientras que el exceso de luz desde el amanecer causaba efectos adversos. «En el futuro, esperamos gestionar la luz natural en el entorno de sueño, ya que varía según las estaciones y el momento del día, clarificando cómo introducir luz natural de manera adecuada para un despertar más placentero», afirmó el profesor Matsushita.
Por otro lado, el estudio subraya que las principales fuentes externas de luz que impactan el sueño son la contaminación lumínica urbana y la luz natural matinal. La contaminación lumínica nocturna tiene un efecto negativo en la calidad del sueño y el despertar.
DETALLES DEL ESTUDIO
Se llevó a cabo un ensayo controlado aleatorio cruzado, donde se midieron la somnolencia, el estado de alerta y la fatiga en 19 participantes (nueve mujeres) tras despertar bajo tres condiciones de exposición a la luz natural.
Los investigadores reclutaron adultos a través de redes sociales, quienes tendían a acostarse después de las 23:00 durante la semana. Los participantes debían cumplir ciertos criterios: ser estudiantes universitarios de entre 20 y 30 años; horario de sueño entre semana de 23:00 a 01:00 y vigilia entre 07:00 y 09:00, con una variación de menos de dos horas entre días laborales y fines de semana; sin trastornos del sueño, medicación prescrita, afecciones médicas o psicológicas, ni antecedentes familiares de enfermedades mentales graves; y sin trabajo nocturno ni viajes transmeridianos recientemente.
Se analizaron los efectos de cada condición en la calidad del despertar y no se observaron diferencias estadísticamente significativas en la iluminancia acumulada o máxima entre IA e IB. El estado de alerta objetivo y la somnolencia subjetiva en IA e IB fueron significativamente mejores que en CC. La somnolencia objetiva fue considerablemente menor en IA en comparación con IB y CC.
Estos hallazgos sugieren que el control de la luz natural mediante ventanas podría mejorar la calidad del despertar; no obstante, la exposición en exceso o demasiado temprana podría aumentar el tiempo de vigilia, deteriorando la calidad del despertar. Este estudio aporta un método efectivo para gestionar la luz natural y ofrece perspectivas interdisciplinarias sobre la arquitectura y la investigación del sueño en contextos reales.
4 VENTAJAS DEL CONTROL DE LA LUZ NATURAL ANTES DE DESPERTAR
Así, se demuestra que la luz natural previa al despertar puede tener un efecto positivo en la calidad del despertar, especialmente si la exposición es de 20 minutos antes. Sin embargo, la exposición excesiva o demasiado temprana a la luz natural antes de despertar tiende a incrementar la frecuencia y duración de los despertares, lo que puede afectar negativamente la calidad del mismo.
1.- Aumento del estado de alerta al despertar. Las condiciones con exposición a luz natural previo al despertar (IA e IB) mostraron un mejor estado de alerta y menor somnolencia en comparación con las condiciones sin luz (CC).
2.- Disminución de la somnolencia matinal. La somnolencia objetiva fue notablemente menor en IA que en IB y CC, lo que indica un despertar más claro y menos somnoliento.
3.- Facilita la transición del sueño a la vigilia. La exposición controlada a la luz natural biológicamente prepara al cuerpo para despertarse, favoreciendo una transición más fluida del sueño a la vigilia.
4.- Integración arquitectónica y tecnológica. La utilización de sistemas de ventanas inteligentes, como cortinas motorizadas, permite aprovechar la luz natural de forma automatizada y eficaz, combinando tecnología y diseño para mejorar la calidad del descanso.
Nota importante: La exposición excesiva o demasiado temprana a la luz natural puede aumentar el tiempo de vigilia previo al despertar, lo que podría perjudicar la calidad del sueño y del despertar.
