
Mientras el Gobierno evalúa la posibilidad de mantener el horario de invierno de manera permanente, los expertos en cronobiología y sueño tienen una opinión muy clara: nuestro cuerpo y cerebro operan de manera más eficiente con el horario invernal. Dormimos más y mejor, lo que reduce el riesgo de infartos y accidentes, y nos sincroniza mejor con la luz solar.
Así, seguir con el horario de invierno todo el año no es únicamente un tema político, sino también biológico. Para más información sobre los beneficios del sueño, puedes consultar el artículo de Sleep Foundation o leer sobre el impacto de la luz solar en el bienestar en Healthline.
Es crucial entender que ajustar nuestro horario a las necesidades biológicas podría traer significativas mejoras en nuestra calidad de vida. Si deseas profundizar más sobre este tema, visita nuestro apartado sobre cronobiología donde encontrarás estudios relevantes y análisis.



