¿Por qué perduran a lo largo del tiempo (aunque las coronas no lo hagan tanto)?

¿Por qué perduran a lo largo del tiempo (aunque las coronas no lo hagan tanto)?

MADRID, 9 Mar. –

Los implantes dentales han sido una solución confiable para la sustitución de dientes perdidos durante más de 50 años. Desde que se introdujo la técnica en los años 60, su popularidad ha aumentado considerablemente. Se estima que más de 3 millones de personas en todo el mundo han recibido implantes dentales.

Hasta hace poco se mencionaba que su duración era de aproximadamente diez años, sin embargo, un nuevo estudio indica que los implantes dentales utilizados para reemplazar dientes individuales perdidos continúan funcionando adecuadamente después de varias décadas, según un estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), que ha demostrado que tras casi cuarenta años, todos los implantes analizados seguían en su lugar y totalmente funcionales.

El estudio, publicado en la revista ‘Clinical Implant Dentistry and Related Research’, es el más prolongado del mundo sobre seguimiento de implantes dentales unitarios y se basa en la evaluación de un pequeño grupo de pacientes que recibieron implantes unitarios para substituir dientes perdidos entre 1982 y 1985.

La investigación liderada por el profesor Per-Ingvar Branemark ha descubierto cómo el hueso se integra con los implantes de titanio, lo que ha permitido a millones de pacientes reemplazar los dientes perdidos con una solución eficaz y duradera.

De los 16 pacientes que recibieron implantes durante el tiempo de estudio, 13 participaron en el seguimiento, realizado en la Clínica Branemark, del Servicio Dental Público de Västra Götaland. Estos 13 pacientes recibieron un total de 18 implantes.

«Es asombroso que los implantes unitarios funcionen tan bien después de tanto tiempo. Aunque el estudio incluyó un número limitado de pacientes, los resultados demuestran que los implantes permanecen en su sitio y que la pérdida ósea a su alrededor prácticamente no ha cambiado después de cuarenta años. Esto respalda que la base establecida por Branemark sigue siendo relevante», comenta Sargon Barkarmo, prostodoncista y profesor asociado de la Universidad de Gotemburgo.

SÓLO QUEDABA UN 60% DE LAS CORONAS ORIGINALES

Un implante dental es una raíz dental artificial de titanio que se coloca quirúrgicamente en el hueso maxilar, donde se integra y estabiliza. Posteriormente, se acopla una corona al implante, que proporciona funcionalidad y estética.

Las coronas colocadas sobre los implantes tenían una vida útil menor que la de los propios implantes. A los cuarenta años de seguimiento, solo quedaba un 60% de las coronas originales, y muchas habían sido sustituidas una o más veces.

«El estudio indica que las coronas se sustituyeron mayoritariamente por razones estéticas y no por fallos técnicos. En el futuro, los tratamientos con implantes podrían mejorarse aún más con el desarrollo de nuevos materiales para las coronas», añade Jan Kowar, prostodoncista y profesor asociado de la Universidad de Gotemburgo, y coautor del estudio.

Los investigadores destacan que, lamentablemente, los sistemas de implante más antiguos, que han demostrado su eficacia, ya no están disponibles en el mercado. Esto se debe a la continua introducción de nuevos sistemas que rápidamente reemplazan a los anteriores, a pesar de su éxito probado a largo plazo.

El estudio concluye que los implantes colocados con técnicas quirúrgicas bien planificadas y con un adecuado tiempo de cicatrización tienen un pronóstico excelente a largo plazo.

«Actualmente se emplean habitualmente métodos que aceleran el tratamiento y la cicatrización. Estos enfoques también requieren un seguimiento prolongado y una evaluación meticulosa para garantizar resultados igualmente positivos a lo largo del tiempo», señala Sargon Barkarmo.

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