MADRID, 13 Sep. –
Después de una larga semana de trabajo o estudio, es común llegar a casa y desear desconectar, y una buena serie puede ser la opción ideal. Ves el primer episodio, te atrapa y quieres ver otro, pero ya es tarde… Mientras te preguntas qué hacer, aparece el símbolo de siguiente episodio y, cuando te das cuenta, ya ha comenzado y al final del día has visto la serie completa.
Esto, que inicialmente podría parecer negativo y una pérdida de tiempo, podría tener sus beneficios para el cerebro y la salud mental, según un nuevo estudio.
Investigadores de la Universidad de Georgia (Estados Unidos) han descubierto que las personas que ven series en maratón o leen libros de un tirón tienen más probabilidades de construir mundos mentales sobre las historias y, con ello, enfrentarse a situaciones de estrés de manera más efectiva.
El estudio, publicado en ‘Acta Psychologica’, indica que los ‘atracones’ de series o libros pueden hacer que las historias sean más memorables, ya que permiten a los espectadores o lectores conectar los hilos argumentales y obtener una visión más completa de la historia. Esto es especialmente cierto con las series.
La interacción con las historias a menudo no concluye al terminar un libro o una serie. Así, esta investigación explora el concepto de participación imaginativa retrospectiva (RII), que lleva a las personas a reconstruir en su imaginación o fantasear sobre la trama una vez que ha terminado.
Para el trabajo, participaron estudiantes universitarios que completaron una encuesta sobre historias memorables que recordaban haber visto en programas de televisión y películas o haber leído. Se realizaron dos encuestas a 303 y 237 personas, respectivamente.
LOS MARATONES NO SIEMPRE SON MALOS
A partir de los resultados, los autores concluyeron que la forma en que se consumen los productos de entretenimiento afecta su permanencia en la memoria a largo plazo. En concreto, aquellos que consumen una narrativa de manera continua pueden ser más propensos a desarrollar modelos mentales más robustos sobre las narrativas, lo que les permite tener acceso más fácil durante la RII.
Además, los resultados mostraron que, en general, los programas de televisión eran más memorables que los libros o las películas; sin embargo, tanto los programas como los libros eran más memorables cuanto más tiempo los veían en una sola sesión.
«Quienes tienen el hábito de ver series de manera compulsiva no lo hacen de forma pasiva, sino que piensan activamente en ello después«, afirmó el autor principal del estudio e investigador postdoctoral de la Universidad de Georgia, Joshua Baldwin. Destacó que estas personas «desean involucrarse con las historias, incluso cuando no están viendo las series».
De forma especulativa, los autores sugirieron que la RII también podría ayudar a mitigar las emociones negativas que pueden surgir de los maratones de televisión, como la culpa o el cansancio. A través de la RII, las personas podrían sentirse mejor acerca de su consumo no intencionado y extendido.
Con todo, los investigadores comentaron que aún es necesario explorar más a fondo los impactos de estos maratones sobre el bienestar, aunque los efectos positivos y negativos pueden variar según cada individuo.
«Hay mucho debate sobre si los medios son buenos o malos, pero siempre es un argumento en matices», señaló Baldwin. «Siempre depende del contenido en sí, de las razones que tiene la gente para verlo, de los antecedentes psicológicos del individuo y del contexto,» concluyó.