MADRID 25 Ago. –
Un equipo de investigadores de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) ha demostrado que la exposición a la contaminación del aire está relacionada con el aumento del número de infartos, así como con un incremento de la mortalidad por esta causa.
El estudio, publicado en la ‘Revista Española de Cardiología’, ha revelado que el riesgo de muerte aumenta un 14 por ciento tras ingresar en el hospital por un infarto. Esto se ha determinado tras analizar datos de contaminación atmosférica, temperatura y humedad obtenidos de las bases de datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, así como la información sobre ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio y mortalidad hospitalaria del Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD), proporcionado por el Ministerio de Sanidad.
«Nuestros resultados destacan que concentraciones de PM2.5 superiores a 10 microgramos por metro cúbico en los tres días previos al ingreso están asociadas con un aumento significativo en los ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio, representando 22 infartos más por cada 1.000 ingresos«, ha explicado la especialista en Cardiología e investigadora Raquel Campuzano, primera firmante del estudio junto con Julio Núñez Villota.
Asimismo, ha añadido que concentraciones superiores a 25 microgramos por metro cúbico están asociadas con un riesgo incrementado de muerte durante el ingreso por infarto. Estos hallazgos pueden contribuir a implementar estrategias de prevención y políticas públicas más efectivas contra la contaminación atmosférica.
Este fenómeno representa un factor de riesgo «emergente y significativo» para las enfermedades cardiovasculares, ya que las partículas de materia en suspensión en el aire (PM2.5 y PM10) son contaminantes con alto impacto medioambiental que resultan más dañinas para la salud cuanto menor es su tamaño.
«Estas partículas pueden provocar inflamación en el cuerpo, alterar el funcionamiento de los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de coágulos. Estos efectos están relacionados con la progresión de la aterosclerosis (endurecimiento y estrechamiento de las arterias) y con la rotura de las placas que se forman en ellas, lo que puede desencadenar eventos graves como un infarto», manifestó el investigador Jordi Bañeras, otro de los autores del estudio.
Los investigadores han resaltado que se trata de la primera vez que se analizan estos datos en un país, asociando 122 hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS) con estaciones de mediciones ambientales situadas en un radio de 10 kilómetros mediante coordenadas geográficas, incluyendo a 115.071 pacientes mayores de 18 años diagnosticados de infarto agudo de miocardio entre 2016 y 2021.
El estudio también ha recibido una beca de investigación no condicionada de Sanitas y el apoyo técnico y metodológico de la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (Fundación IMAS).
La contaminación ambiental está ganando cada vez más atención en el ámbito de la Cardiología, por la creciente evidencia de su relación con las enfermedades cardiovasculares. Por esta razón, el próximo Congreso Europeo de Cardiología, que se realizará en Madrid entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre, incluirá hasta 16 sesiones o ponencias sobre el tema.